Es lo que estudia el proyecto AdaMedDOR, en el que participa el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA). Analiza el comportamiento de los frutales en la región mediterránea con el cambio climático. Participan investigadores de España, Marruecos y Túnez; y su duración es de tres años.
Javier Rodrigo, de la Unidad de Hortofruticultura del CITA, va a liderar al equipo español, del que también forman parte Brenda Guerrero y Sara Herrera, personal investigador del CITA.
Este centro explica el proyecto AdaMedDOR del modo siguiente:
“En la actualidad el cambio climático amenaza con alterar el tradicional equilibrio entre las necesidades climáticas de los cultivos frutales tradicionales y el clima local.
La disminución del frío invernal ya ha alterado la fenología de los árboles, lo que en algunos casos ha producido serios problemas en la floración y en la fructificación, con graves consecuencias en la producción final.
Para afrontar este desafío, los fruticultores necesitan información que les permita disponer de un inventario de cultivares adaptados a las nuevas condiciones y resilientes a los próximos cambios climáticos, para poder seguir produciendo fruta de forma sostenible en las nuevas condiciones de calentamiento global.
Durante el proyecto se proveerán métodos para el análisis fenológico y proyecciones de impacto del cambio climático, que se integrarán y se harán accesibles a otros investigadores y también a usuarios no expertos.
A continuación, en una segunda etapa se creará una base de datos con un gran número de cultivares de cada especie frutal, caracterizando su capacidad de adaptación a las condiciones climáticas actuales y futuras, en lo relativo a aspectos como las necesidades de frío, fenología o riesgo de heladas.
Se utilizarán datos climatológicos y fenológicos ya disponibles junto con proyecciones fenológicas y de comportamiento en un escenario de cambio climático.
Esto permitirá realizar el inventario de variedades resilientes adaptadas a las nuevas condiciones climáticas, que combinará la obtención de resultados científicos con su aplicación práctica por parte de productores y viveristas.
Para maximizar el impacto de los resultados, se involucrará a todos los agentes que participan en el diseño de las plantaciones, especialmente los productores de fruta, haciéndoles llegar los resultados obtenidos.
Durante el proyecto está prevista la organización de talleres participativos con agricultores locales en cada región, para que también sirvan como difusores de las recomendaciones realizadas en AdaMedDOR.
Otra vía de impacto será mejorar el estándar científico de modelización fenológica de la respuesta de los frutales a la temperatura, cuyas limitaciones se han puesto de manifiesto en los últimos años.
Esto facilitará el suministro de información para la adaptación de las plantaciones frutales a cambios futuros en el clima.
Los resultados del proyecto serán aplicables tanto en los países participantes en el proyecto como en aquellas áreas de cultivo a nivel mundial con características climáticas similares”.
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