La localidad zaragozana de Valtorres celebró el domingo 18 de octubre su I Jornada de la Fruta, una cita que incluyó exposiciones, visita al campo, mesa redonda y un taller de cocina. La manzana fue la gran protagonista del certamen.
La Asociación de Mujeres Valtorresinas es la organizadora de este encuentro, del que ya se anuncia la celebración de su segunda edición.
La alcaldesa de Valtorres, Noelia Sánchez, muestra su satisfacción por el desarrollo de la feria, que ha tratado de poner en valor la fruta de este territorio y comparar cómo se hacían las cosas en el pasado y actualmente en el siglo XXI.
Noelia Sánchez señala que el programa de actos diseñado “convirtió a Valtorres durante todo un día en el epicentro frutícola de la comarca, para servir de estímulo a la población, promoviendo una acción intergeneracional que aunó la formación, lo lúdico y la convivencia”.
El pabellón municipal acogió una colección de aperos y fotografías antiguas, que sirvió de marco a la charla de José Luis Frisa Gómez, que repasó la extensa ligazón histórica de la comarca con la fruta, ya desde los romanos y árabes, acrecentada gracias a la llegada del ferrocarril.
Se ejemplificó la recogida de la almendra, manual antaño y mecanizada hoy; y se visitaron diferentes plantaciones de manzanos.
José Andrés Acero y Eusebio Martínez Torres, fruticultores de la zona, dieron a conocer las diferencias entre la Verde Doncella, variedad autóctona en regresión, y otras más modernas (Fuji o Golden).
Por la tarde hubo una mesa redonda sobre fruta de altura. Llevó por título “El orgullo de ser fruticultor artesano”.
Pilar Errea, investigadora del CITA de Aragón, repasó los trabajos que realiza sobre la fruta de altura, con la recuperación de variedades olvidadas al no ser competitivas y que adquieren un nuevo sentido en la actualidad, debido a las nuevas exigencias del uso de la fruta.
Remarcó, además, las potencialidades de la fruta transformada, actualmente poco desarrollada, como forma de incrementar su consumo y adaptarse a los nuevos hábitos.
Galo Naila, fruticultor ecológico de Lumpiaque (Zaragoza), explicó su proceso de reconversión a la agricultura ecológica hace ya unos años. Afirma que “con 300 toneladas que recogía de fruta convencional no me daba para vivir; ahora, con mucho menos, me defiendo perfectamente y damos trabajo a cinco personas”.
Destacó aspectos como la venta directa, la colaboración para exportar y la recuperación de variedades, insistiendo constantemente en la necesidad de profesionalizar las explotaciones para que resulten rentables y atractivas.
Amparo Llamazares, presidenta de Slow Food Zaragoza, recordó que “cada vez damos más valor a las cosas, su origen, que esté bueno,…; somos nosotros los que debemos creer y crear nuevas vías, colaborando con productores y restauradores”.
Lorenzo Escartín, cocinero de Casa Escartín, en Calatayud (Zaragoza), elaboró dos platos, protagonizados por la presencia de frutas de la zona: “Fardel de morcillo con pan de cristal y reineta de Valtorres”, y “Trampantojo de ajo con melocotón de Aniñón”. De esta localidad procedía precisamente el vino que acompañó la degustación de las tapas: Estecillo Tinto, de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Calatayud.
Otras noticias
“Mejorar la vida de los altoaragoneses”, objetivo central del Plan de Obras y Servicios de 2025 de la Diputación Provincial de Huesca
La Diputación Provincial de Huesca destina casi veinte millones de euros al Plan de Obras y Servicios de 2025. El objetivo central de éste es “mejorar la vida de los altoaragoneses”. Llega a doscientos un ayuntamientos y, en palabras de Isaac Claver, presidente de la citada institución, “es el plan más potente que gestiona la Diputación de Huesca”.
El Plan de Obras y Servicios de la Diputación Provincial de Huesca busca “dar respuesta a las necesidades de los ayuntamientos” y persigue, por tanto, “mejorar la calidad de vida de todos los altoaragoneses”. Está dotado en este año 2025 con algo más de 19,7 millones de euros, es decir, dos millones de euros más que en la convocatoria del año pasado.
Todos los ayuntamientos de la provincia, excepto la capital oscense —que queda excluida de inicio por su capacidad de gestión y por su nivel de financiación—, han solicitado actuaciones sujetas a este Plan de Obras y Servicios.
Los trabajos más demandados corresponden a pavimentación de calles. Le siguen los proyectos de mejora o construcción de edificios municipales, y los relativos a instalaciones deportivas. También hay inversiones muy relevantes en materias como abastecimiento de agua, alcantarillado y saneamiento, y caminos.
Un ejemplo de municipio que ha apostado por beneficiarse de este Plan de Obras y Servicios de 2025 es el de Tolva, con cuatro actuaciones aprobadas. Son la ejecución de mejoras en el camino circular de Tolva, la sustitución de contadores de agua, la ampliación de la calle Mayor de Sagarras Altas y la adecuación del interior del edificio social de Luzas. Todo ello suma una inversión de casi noventa y cinco mil euros.
El enlace siguiente da acceso al listado de proyectos, municipio a municipio, que conforma el Plan de Obras y Servicios de 2025 de la Diputación Provincial de Huesca: