Se ha celebrado una jornada on line con el título “ODS y cooperativas agroalimentarias”. Allí distintos expertos han analizado la situación actual en esta materia en España. Desde el colectivo de cooperativas se recuerda que en septiembre de 2015 jefes de Estado y de Gobierno establecieron un conjunto de objetivos globales en el ámbito del desarrollo sostenible. Son conocidos como ODS y tienen como fin último “lograr un desarrollo sostenible en todo el mundo, guardando una relación estrecha con la erradicación de la pobreza, la protección del planeta y asegurar la prosperidad para todos”.
Begoña Gómez, directora de la Cátedra Extraordinaria Transformación Social Competitiva de la Universidad Complutense de Madrid, calificó a los cooperativistas agroalimentarios como “los activistas de ese valor sostenible”, y afirmó que “el sector privado puede recoger procesos llevados a cabo por las cooperativas agroalimentarias como modelo de negocio” y que “el trabajo llevado a cabo por dichas cooperativas es un desconocido y, por lo tanto, debería ser difundido, por el valor social que aporta”.
Javier Goikoetxea, socio fundador de Bikonsulting (Cooperativa Abierta de Consultores-Acompañantes por el Bien Común). Recordó el aval importante que supone que “todos los países del mundo se pusieran de acuerdo hace años para alcanzar los ODS; estas alianzas servirán para decir que el sector primario es la punta de lanza gracias a la aplicación de los objetivos de sostenibilidad en las cooperativas”.
Agustín Herrero, director general de Cooperativas Agro-Alimentarias de España, hizo hincapié en cómo estas entidades, por su modelo de negocio, “contribuyen a objetivos de sostenibilidad por su propia actividad, aunque no todas las cooperativas se encuentran al mismo nivel que las de Navarra, que sirven de inspiración para todo el territorio”.
Maite Muruzabal, directora de la Fundación del Grupo Cooperativo AN – Alimentación Natural, destacó el papel de las cooperativas y sus socios para lograr los objetivos previstos en 2030 y cómo “en la actualidad, dentro del sector del cooperativismo agroalimentario, seguimos muy atomizados, por lo que es necesario abordar una serie de proyectos, de manera conjunta, para lograr adaptarnos a las nuevas exigencias que estos objetivos nos demandan de aquí a unos años”.
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Editorial de UPA: “Se nos acaba el tiempo”
UPA firma un nuevo artículo, que lleva por título “Se nos acaba el tiempo”. Aparece publicado en el número 293 de la revista “La tierra de la agricultura y la ganadería”, de la que la propia UPA es la editora. Dice así:
“Por supuesto que siempre ha habido sequías, incluso prolongadas durante varios años, calificadas siempre como históricas desde que hay registros. Por supuesto que los agricultores y ganaderos españoles estamos más que habituados, probablemente como ningunos en Europa, a sufrir la dureza extrema de los fenómenos climáticos de todo tipo. Por algo, con todas sus carencias y defectos, tenemos el mejor sistema de seguros agrarios de la Unión Europea.
Pero hace tiempo, mucho tiempo, que los problemas puntuales con las alarmas climáticas, como la grave sequía de este año, no hacen sino advertirnos de que nos enfrentamos a una situación inédita. Se observa un cambio en el comportamiento del clima provocado por nosotros, los seres humanos, con un desarrollo de actividades de doble cara: por una, nos ha ayudado a progresar y mejorar; y, por otra, ha generado agresiones terribles a la sostenibilidad medioambiental.
En definitiva, que la sequía que estamos sufriendo en España es histórica, sin duda, y que supone un enorme perjuicio a todos los sectores agrícolas y ganaderos; y por extensión al conjunto de la sociedad, porque a veces se olvida que de nuestros cultivos y nuestro ganado depende la alimentación sostenible y a precios justos de toda la población, en España, y en buena parte de Europa y el resto del mundo, que por algo somos una potencia exportadora de alimentos.
También es de valorar y agradecer la rapidez con la que se ha gestionado desde el Gobierno la puesta en marcha de ayudas directas, con prioridad para la agricultura familiar, presionando a su vez a las comunidades autónomas para que actúen en consecuencia.
Todo esto está muy bien. El problema es que estamos hablando de algo mucho más grave, que amenaza nuestro futuro y es necesario actuar ¡ya! con el horizonte en el futuro, en las nuevas sequías por venir, las olas de calor, las lluvias torrenciales que destrozan todo a su paso. En resumen, se ha acabado el tiempo de hablar del cambio climático para actuar sobre el terreno en la adecuación y mitigación, como venimos defendiendo en UPA con nuestros programas sobre la materia.
Hay que actuar sobre los planes hidrológicos, las inversiones en mejora de los actuales y puesta en marcha de nuevos sistemas de regadío más eficientes. Hay que aprovechar todas las oportunidades que ofrecen los progresos tecnológicos, que son muchos y vendrán más, para sacar el máximo rendimiento a cada gota de agua. Hay que acabar con la especulación y los usos indebidos, y aplicar criterios sociales y solidarios entre territorios para que nadie se quede fuera del acceso al agua imprescindible para producir alimentos.
Y todos, desde dentro del sector, las instituciones y lo que antes se denominaba opinión pública, debemos trabajar para evitar que se consoliden falsas verdades en torno al derroche de agua en el campo, al supuesto despilfarro de los regadíos o a la inconveniencia de producir alimentos para la ganadería.
Sólo desde una visión responsable y realista seremos capaces, en definitiva, de dejar de hablar de sequía en cuanto caen cuatro gotas y la ilusión óptica del asfalto mojado durante un rato hace creer que en el campo somos muy exagerados. Estamos ante una tremenda encrucijada, que sí que es histórica, y de nuestra capacidad de respuesta sostenida en el tiempo depende, sin duda, el camino a recorrer en el futuro”.