El Consejo de Ministros ha autorizado destinar a Aragón algo más de quince millones y medio de euros para la financiación de acciones de desarrollo rural. Esta partida forma parte del global de algo más de ciento cincuenta y ocho millones de euros, repartido entre todas las comunidades autónomas. Todo ello debe ser sometido todavía a la consideración de la Conferencia Sectorial de Agricultura y Desarrollo Rural. Las acciones que se financiarán estarán orientadas a “mejorar la competitividad del sector agroalimentario, asegurar la gestión sostenible de los recursos naturales y la acción frente al clima, y a alcanzar un desarrollo territorial equilibrado de las zonas rurales”. El dinero procede del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER), Administración General del Estado y comunidades autónomas.
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La organización del II Congreso Ibérico del Maíz hace balance: “España y Portugal, de la mano, están preparadas para competir en un mercado global”
Es una de las frases del II Congreso Ibérico del Maíz, que tuvo lugar en Barbastro (Huesca) los días 23 y 24 de marzo. Estuvo organizado por la Asociación General de Productores de Maíz de España (AGPME) y la Asociación Nacional de Productores de Maíz y Sorgo de Portugal (ANPROMIS). Contó con la asistencia de unas seiscientas personas. El gran mensaje transmitido durante el Congreso fue “el de la fortaleza del sector del maíz”.
José Luis Romeo, presidente de la AGPME, habla de ir juntos España y Portugal, dado que “tenemos los mismos objetivos, los mismos intereses y un producto muy valioso; seguiremos trabajando juntos por la fuerza de este sector”.
Ángel Samper, secretario general de ASAJA Aragón, se mostraba desesperanzado con la situación actual de la agricultura y ganadería debido a la Política Agraria Común (PAC). Y se mostraba muy crítico con la palabra sostenibilidad: “Tenemos que desterrar la palabra sostenibilidad, porque la hemos mancillado; es necesario sustituirla por la palabra eficiencia medioambiental, social y económica”.
José Antonio López Guerrero, catedrático de Microbiología de la UAM, abordaba el tema “Biotecnología para alimentar al mundo”. En su ponencia destacaba “los beneficios de la biotecnología aplicada al sector agroalimentario: rendimiento más alto de las producciones en menos terreno, mayores ingresos para el agricultor, mejora de la calidad, menor riesgo de pérdida de rendimiento y mejora en la conservación del suelo, entre otros”.
Javier Folch, director de AGPME y Asaja Aragón, era rotundo al decir que “no sabemos comunicar; aún tenemos que avanzar en comunicación y poner en valor todo lo positivo que generamos y todas nuestras bondades”.
El presidente de ASAJA Nacional, Pedro Barato, manifestaba su desconfianza en la globalización, porque ya no cree en ella, y su descontento con las políticas agrarias, ya que “una política agraria en la que hay restricciones y no se dan soluciones es terrible”.