Toledo ha acogido jueves y viernes el octavo congreso de Cooperativas Agro-alimentarias de España, bajo el lema “Cooperativas, juntos hacia un futuro sostenible”. Allí se ha apelado al espíritu cooperativo para superar las dificultades y afrontar los retos actuales y futuros. El presidente de Cooperativas Agro-alimentarias de España, Ángel Villafranca, ha invitado a “colaborar y cooperar entre todos con el espíritu cooperativo que nos caracteriza, teniendo siempre como referente a las personas; tenemos que trasladar este espíritu cooperativo a toda la sociedad en un momento tan complicado como el actual, porque nos necesitan los consumidores europeos”. El comisario europeo de Agricultura, Janusz Wojciechowski, ha agradecido a agricultores, ganaderos y cooperativas “el haber seguido trabajando cuando el mundo se paró”. Ha resaltado que “la política comunitaria seguirá apoyando con incentivos a las cooperativas, porque son claves para la sostenibilidad social, económica y medioambiental; el espíritu cooperativo de apoyo mutuo y solidaridad es ahora más importante que nunca”. El ministro de Agricultura, Luis Planas, ha recalcado “la vertiente social de las empresas cooperativas, con más de 1,2 millones de socios; además, suponen el sesenta y cinco por ciento de la producción final agraria, y el veintiséis por ciento de las ventas de la industria alimentaria española”. Y ha concluido diciendo: “Ahí estáis las cooperativas los trescientos sesenta y cinco días del año alimentando a toda la población”.
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La siniestralidad en el campo español en 2024 se cifró en setecientos doce millones de euros
Agroseguro apunta que la siniestralidad en el campo español en 2024 se cifró en setecientos doce millones de euros. Es el cuarto año consecutivo que se sitúa por encima de los setecientos millones de euros en daños. El cómputo está, no obstante, lejos de las indemnizaciones de 2023, que superaron los mil doscientos millones de euros como consecuencia de “una histórica sequía”.
La citada entidad señala que, “aunque 2024 tuvo un carácter húmedo en buena parte de la península Ibérica, el área mediterránea sufrió sequía de nuevo, con un coste total de ciento quince millones de euros”. Los fenómenos tormentosos costaron doscientos sesenta y un millones de euros. La superficie siniestrada alcanzó 1,66 millones de hectáreas.