La industria del aceite de oliva genera una importante cantidad de desechos de almazara. Su parte más sólida es el orujo, con una alta carga contaminante para el suelo. La Universidad de Córdoba ha evaluado los fenoles y otros compuestos bioactivos de los residuos tras la extracción del aceite de oliva de cuarenta y tres variedades. El trabajo ha sido realizado por Anabel Expósito, Feliciano Priego y Concepción Muñoz. Esos compuestos son beneficiosos para la salud por su potencial antioxidante. Se ha llegado a la conclusión de que “lo que en un principio era un residuo se convierte en un subproducto del que extraer fenoles que pueden ser usados para la industria cosmética y farmacéutica, el enriquecimiento de alimentos o la alimentación animal; además, al extraer estos compuestos del orujo, éste se vuelve menos contaminante para el medio, obteniendo así un doble beneficio”.
Otras noticias
La Asociación Española del Girasol defiende la sostenibilidad de este cultivo
La Asociación Española del Girasol (AEG) ha celebrado en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) su reunión anual, en la que se ha defendido la sostenibilidad de este cultivo. Este colectivo ha presentado un decálogo de ideas que fundamenta tal afirmación. Esta reunión anual ha analizado la última campaña de girasol, que “ha tenido unos resultados desiguales, dependiendo de la zona geográfica y del momento de siembra, ya que las lluvias han favorecido a las variedades tardías”. La superficie dedicada a girasol varía mucho de un año a otro, siendo casi setecientas ochenta mil las hectáreas destinadas en 2023 a este cultivo. Casi la mitad de esa superficie se sitúa en Castilla y León. La Asociación Española del Girasol pretende en 2024 reforzar su presencia en jornadas técnicas y mejorar la difusión de su trabajo, sobre todo el referido a la sostenibilidad del cultivo.