La comunidad general de regantes de Bardenas hace balance de la campaña de riego, que se cierra este viernes, 30 de septiembre. El cierre es con adelanto, tras un año que se ha calificado como el más seco de la historia de este sistema. Dice que se han producido importantes restricciones de riego, especialmente en cultivos de alto valor añadido, lo que ha derivado en pérdidas de cosecha y en la incertidumbre que pesa de cara a la siembra del cereal de invierno. La campaña se cierra en niveles de agua mínimos históricos y con preocupación de cara a 2023. Los regantes de Bardenas inciden en la falta de regulación estructural. El informe que presentan en este cierre de campaña de riego es el siguiente:
“La presente campaña de riegos ha venido marcada por un año hidrológico muy complicado. De las aportaciones al embalse de Yesa del año hidrológico, dos meses se han situado por encima de la media de los diez últimos años (diciembre y enero), mientras que los diez meses restantes han estado claramente por debajo de la media, de forma que la situación hídrica desde el 1 de febrero hasta la fecha se enmarca en la campaña de riego con menos aportaciones de la historia de Bardenas, concretamente un 17,4 por ciento menos de aportaciones que el anterior periodo más seco.
Junto a esta escasez de aportaciones, se ha añadido la carencia de precipitaciones en la zona regable (un cuarenta y seis por ciento menos respecto de la media de los últimos diez años) y las altas temperaturas de primavera y verano, que han disparado prolongadamente las necesidades hídricas de los cultivos.
Desde el pasado 9 de marzo que arrancó la campaña de riegos, con reparto de dotaciones o cupos y con una reserva hídrica total por entonces del sesenta y nueve por ciento, a principios de abril se produjo una parcial recuperación de las reservas (motivadas por un prematuro deshielo en un embalse de Yesa que no llegó a llenarse, así como por unas bajas necesidades de riego debido a un episodio de lluvias), de manera que se reinició el reparto de dotaciones el 17 de mayo.
A partir del 19 de mayo el volumen almacenado en el embalse de Yesa comenzó a situarse en nivel de Prealerta, posteriormente en Alerta y los últimos tres meses se viene situando en nivel de Emergencia, todo ello según los umbrales de sequía establecidos en el plan especial establecido por la Confederación Hidrográfica del Ebro.
En consecuencia, se han producido importantes restricciones de riego, especialmente en cultivos de alto valor añadido, lo que ha derivado en pérdidas de cosecha y con incertidumbre para las próximas siembras de otoño.
Con todo, la campaña 2021-2022 acaba en niveles mínimos históricos y con preocupación, pues de nuevo deja la campaña próxima al azar de la climatología. Una vez más se refleja la falta de regulación estructural que padece el sistema de Bardenas, poniéndose nuevamente de manifiesto que el presente y futuro pasa por la terminación de la obra del recrecimiento del embalse de Yesa, la terminación de los planes coordinados, la modernización de regadíos y la gestión del recurso.
En cuanto a la programación del canal de Bardenas, la junta de gobierno, celebrada este 29 de septiembre, ha acordado el final de la campaña de riegos este 30 de septiembre al objeto de tratar de recuperar las reservas y poder dar comienzo el periodo de mantenimiento del canal de Bardenas, acequias principales y redes secundarias”.
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La Confederación del Ebro hace balance del año hidrológico, marcado “por la salida de la situación de sequía y por avances en algunas obras hidráulicas”
Los años hidrológicos en España comprenden el periodo que va desde el 1 de octubre hasta el 30 de septiembre. La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) hace balance del que acaba de terminar. Destaca que ha estado marcado por “el final de una sequía muy dura, lo que ha permitido recuperar las producciones agropecuarias y los usos lúdicos relacionados con los embalses”.
La CHE reconoce que, no obstante, “en algunas zonas ha persistido la escasez de agua, como en las cuencas del Siurana, del Guadalope y del Huerva, principalmente”.
La Confederación del Ebro añade que “durante este año se ha continuado con la puesta en carga del embalse de Santolea, se ha llevado a cabo la fase final de la presa de Almudévar y también se ha abordado el tramo final de las obras relacionadas con la presa de Mularroya”. Dice, además, que “se continúa con los trámites para reanudar en breve los trabajos del recrecimiento de Yesa”.
Concluye que “estas obras supondrán un volumen de regulación de casi mil hectómetros cúbicos de agua, adicionales a los ocho mil ciento cincuenta que tiene esta cuenca en la actualidad”.
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