Seis ovejas han muerto y otras cinco han resultado heridas como consecuencia del ataque de un animal salvaje a un rebaño, el cual se encontraba en un recinto entre Robres y Senés de Alcubierre, en Los Monegros de la provincia de Huesca.
Mientras el ganadero achaca el ataque a la presencia del lobo desde el Gobierno de Aragón se indica que puede haber sido uno o varios perros salvajes.
Recientemente hubo otro ataque a una oveja en Leciñena (Zaragoza).
Sea cual sea la causa, los ganaderos hablan de inseguridad ante lo que puede ocurrir. A la situación que se viene viviendo en los últimos años se suma que los animales salvajes se acercan más a las poblaciones (como consecuencia de la reducción de movimientos por la crisis sanitaria del coronavirus).
Ante todo ello, la disyuntiva que se presenta a los ganaderos es aprovechar los pastos (ricos esta temporada), asumiendo más riesgos; o estabular el ganado para reducir riesgos, aunque el coste de alimentación se incremente.
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Centros tecnológicos, cooperativas y empresas de Aragón van a estudiar cómo combatir las aflatoxinas en el maíz
Se pone en marcha en Aragón un proyecto de cooperación que lleva por nombre “Cambio climático y aflatoxinas: el desafío en los cultivos de maíz en Aragón”. Centros tecnológicos, cooperativas y empresas van a buscar nuevas herramientas agronómicas para el control de las aflatoxinas.
El estrés hídrico y el aumento de las temperaturas propician su desarrollo. Hasta 2022 sólo se habían detectado en maíz almacenado o producto terminado.
La aparición en campo de aflatoxinas se ha convertido en uno de los principales problemas del sector, ya que su presencia o contaminación puede obligar a la industria a eliminar partidas enteras.
Las aflatoxinas son micotoxinas producidas por hongos, principalmente Aspergillus flavus y Aspergillus parasiticus, que se encuentran en varios cultivos agrícolas, principalmente maíz, cacahuete, pistachos y semillas de algodón.
El maíz es el cultivo de verano más extendido en Aragón. En 2024 abarcó más de ochenta y cuatro mil hectáreas, con un veinte por ciento de la superficie dedicada a consumo humano.
El proyecto está formado por cinco cooperativas (CADEBRO, Servicampo, Nuestra Señora del Rosario, Gallicum y Coopina), dos centros tecnológicos (UNIZAR y FITA) y dos empresas (Tereos &Sweeteners Iberia S.A.U. y Ars Alendi).