La reunión informal de ministros de Agricultura de la Unión Europea, que se ha celebrado en Córdoba, ha dejado el mensaje de “una apuesta común por la aplicación de las nuevas tecnologías, que deben jugar un papel clave en la transición hacia un sistema agroalimentario más sostenible y permitir hacer frente a los efectos del cambio climático; su uso, además, facilitará que el sector agroalimentario gane en rentabilidad y competitividad”.
El Ministerio español de Agricultura ha elaborado el siguiente informe de conclusiones:
“Los ministros han coincidido en la necesidad de hacer frente a la doble transición digital y agroambiental, que constituyen dos caras de la misma moneda, y que nos debe conducir a una agricultura más sostenible y resiliente, que reduzca la presión sobre el clima y el medio ambiente.
Han repasado las iniciativas que permitirán conseguir la transición agroambiental, como la lucha contra el desperdicio alimentario, la economía circular, las nuevas tecnologías vinculadas a la agricultura de precisión, la inteligencia artificial, la necesidad de extender la banda ancha a la agricultura o el uso compartido de los datos.
Los ministros también se han mostrado de acuerdo en que es necesario poner a disposición de los agricultores mecanismos financieros para la inversión en nuevas tecnologías, y para su formación en el uso de las mismas.
Se ha destacado el papel que juegan los fondos comunitarios procedentes del programa Horizonte Europa y las medidas previstas en los planes estratégicos de la Política Agraria Común (PAC), que permitirán triplicar el número de proyectos innovadores en este período para que se produzca la transformación digital e innovadora.
En la reunión, y a partir del contexto proporcionado por el mundo científico, se ha abordado especialmente el potencial de las nuevas técnicas genómicas (NTG) aplicadas a la obtención de nuevas variedades vegetales, para hacer frente al reto de la sostenibilidad de producción de alimentos y muy en particular para abordar el desafío del cambio climático y la necesidad de reducir el empleo de productos fitosanitarios y de fertilizantes.
Todo ello preservando la coexistencia de todos los modelos y formas de producción de alimentos en la Unión Europea, particularmente en lo referente a la agricultura ecológica.
La presidencia española está comprometida en trabajar de manera constructiva, conjuntamente con todas las delegaciones, en la propuesta presentada por la Comisión Europea el pasado 5 julio, y obtener un buen resultado para el conjunto de nuestro sector y para nuestros ciudadanos”.
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La Denominación de Origen Cariñena prevé vendimiar cincuenta y seis millones de kilos de uva, un 3,3 por ciento más que en 2023
Las veintisiete bodegas de la Denominación de Origen Cariñena viven sus días de más trabajo. Se encuentran en las jornadas más intensas de la vendimia de 2024, en la que se prevé recoger unos cincuenta y seis millones de kilos de uva. Esta cifra supone aumentar un 3,3 por ciento la cantidad recolectada el año pasado. Sin embargo, estará por debajo de la media de los últimos diez años.
La Denominación de Origen Cariñena presenta el siguiente informe relativo a la campaña de vendimia actual:
“La temporada ha venido marcada por precipitaciones inferiores a la media durante todo el año y unos meses de julio y agosto muy cálidos, que adelantaron el inicio de la recogida. La bajada de temperaturas y lluvias desde finales de agosto han refrescado los viñedos y han retrasado la maduración de las variedades tintas, mejorando las primeras previsiones.
Los datos técnicos resaltan que las plantas no han presentado problemas de enfermedades y plagas; en particular, la totalidad de parcelas aplica la técnica biológica de la confusión sexual contra la polilla del racimo. La sanidad de la uva está calificada como muy buena, con excelentes condiciones de concentración de azúcares para la elaboración de las distintas clases de vinos”.
En la actualidad, la Denominación de Origen Cariñena abarca una superficie total de más de tres mil quinientas hectáreas, repartidas por dieciséis municipios. Suma más de mil trescientos viticultores. Un setenta y cinco por ciento de la superficie se vendimia de forma mecánica. La uva tinta más cultivada es la garnacha, seguida de la tempranillo y la cabernet sauvignon. Entre las uvas blancas, el primer lugar lo ocupa la macabeo.