El Ministerio de Agricultura ha editado una “Guía de la gestión integrada de plagas de la alfalfa”. Los investigadores aragoneses han tenido una participación muy activa en su elaboración. Eva Núñez y Elena Rodríguez han sido coordinadoras de esta obra, y han colaborado en la misma Vicente González, Fernando Escriu, Agustín Perdiguer, Miguel Cambra y Pedro Zuriaga.
Eva Núñez, Vicente González y Fernando Escriu pertenecen al Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (CITA) de Aragón; Elena Rodríguez, a la Oficina Comarcal Agroambiental (OCA) de Cariñena (Zaragoza); y Agustín Perdiguer, Miguel Cambra y Pedro Zuriaga, al Centro de Sanidad y Certificación Vegetal de Aragón.
La guía cuenta con fichas para la identificación de las plagas mediante fotografías, añadiendo información de carácter técnico.
En su presentación se indica que “pretenden ser un escaparate de medidas alternativas a los métodos de control químico, dejando atrás la forma convencional de abordar los problemas fitosanitarios y acercando a agricultores y técnicos el conocimiento agronómico disponible en materia de gestión integrada de plagas”.
La guía se puede consultar en el enlace siguiente:
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Descubre a fondo los alimentos de Aragón: Ecológicos Aragón
La iniciativa “Aragón, alimentos nobles”, impulsada por el Gobierno de Aragón, dedica un reportaje de su blog a los alimentos certificados por el Comité Aragonés de Agricultura Ecológica. Es un ámbito que cuenta en este territorio con una superficie que supera las cien mil hectáreas. Hay más de mil seiscientos productores locales. Aragón ocupa el octavo puesto en producción ecológica en España.
Los cultivos con más extensión en ecológico en Aragón son aquellos más rústicos, es decir, el cuarteto mediterráneo: frutos secos, cereales, olivar y viñedo. No obstante, prácticamente toda la despensa aragonesa tiene su equivalente en ecológico.
Un alimento ecológico en Aragón es el que ha sido producido y elaborado siguiendo métodos agrícolas y ganaderos respetuosos con el medio ambiente, la biodiversidad y la salud humana, sin emplear productos químicos de síntesis (como pesticidas o fertilizantes artificiales) ni organismos genéticamente modificados (OGM).
El resultado son alimentos seguros, saludables y de la máxima calidad, tanto nutricional como organoléptica.
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