El proyecto LIFE Resilience ha celebrado una jornada técnica on line, en la que han participado más de 150 personas. Han conocido las mejores prácticas y tecnologías disponibles para alcanzar la sostenibilidad de los cultivos. También se ha indicado que la mejora genética es esencial para prevenir la Xylella fastidiosa.
El título de la jornada ha sido “LIFE Resilience: Mejores prácticas sostenibles”. Hay que recordar que este proyecto europeo tiene como principal objetivo la prevención de la Xylella fastidiosa en explotaciones de alta densidad tanto de olivar como de almendro.
La directora de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y de Montes (ETSIAM) de la Universidad de Córdoba (UCO), Rosa Gallardo, fue la encargada de inaugurar la jornada y comentó que “los retos actuales de la agricultura serán alcanzados con una cultura de innovación colaborativa”.
La jornada continuó con la participación de Luis Rallo, catedrático y profesor emérito de la UCO, que destacó “la mejora genética como medida clave de prevención de la Xylella, y los avances que se están realizando en esta línea, tanto en Italia y España, para obtener variedades tolerantes a la bacteria”.
Seguidamente, Jesús Gil, catedrático del área de Ingeniería Agroforestal de la UCO, presentó las técnicas de innovación en la aplicación óptima de fitosanitarios considerando las fuertes restricciones que las normativas actuales marcan: “Son muchos los esfuerzos que se están realizando en la maquinaria agrícola para una dosificación adecuada y óptima”.
A continuación, el director ejecutivo de la Asociación Española Agricultura de Conservación Suelos Vivos (AEAC.SV), Óscar Veroz, comentó las virtudes de las cubiertas vegetales, un punto fundamental en el proyecto LIFE Resilience, lo que ha generado importantes sinergias con el proyecto en el que él participa (LIFE Agromitiga).
Explica que “las cubiertas permiten una agricultura sostenible con beneficios como frenar la degradación del suelo; e incrementar la materia orgánica, fertilidad, calidad y disponibilidad de agua, y la biodiversidad de la finca, entre otras; además de contribuir a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”.
Para finalizar, Jorge Blanco, responsable del Área de I+D de Greenfield Technologies, remarcó la importancia de mejorar la eficiencia del suelo, mostrando algunas de las tecnologías disponibles para ello.
Explica que “en LIFE Resilience estamos aplicando estas herramientas para crear un modelo de buenas prácticas, donde vamos a ser más eficientes en el uso de los recursos y podremos monitorizar, mediante puntos georreferenciados estratégicamente seleccionados, dónde actuar y el impacto que nuestras medidas tendrán en cada finca en cuanto a salud de la planta, suelo e incluso en la población de insectos”.
El proyecto LIFE Resilience, en el que participan 9 socios de España, Italia y Portugal, empezó sus andaduras en 2018 y se extenderá hasta 2022, trabajando con ensayos en las fincas demostrativas disponibles en los tres países.
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Los daños por las tormentas de septiembre podrían alcanzar el millón y medio de euros en el municipio turolense de Báguena
Los municipios de las comarcas del Jiloca, Campo de Daroca y Calatayud sufrieron en septiembre lluvias torrenciales, que causaron cuantiosos daños. Se pone el ejemplo del municipio turolense de Báguena, con precipitaciones que superaron los cuatrocientos litros por metro cuadrado. Los daños estimados se cifran en “seiscientos mil euros, si bien el montante global podría alcanzar el millón y medio de euros, al considerar pérdidas colaterales”.
Los agricultores y ganaderos de Báguena, en colaboración con las organizaciones agrarias ASAJA, UAGA-COAG y UPA, están evaluando el impacto en sus cultivos y explotaciones.
Realizan el siguiente análisis de la situación:
“Las cosechas de viña y alfalfa han sufrido pérdidas significativas. Además, muchas instalaciones ganaderas han quedado anegadas, obligando a los productores a buscar urgentemente nuevos refugios para sus animales. La incertidumbre sobre la recuperación de los cultivos y la viabilidad de sus explotaciones es palpable. El estado de los caminos de acceso a las fincas es igualmente preocupante, con una acumulación de grava y lodo que dificulta el tránsito. Muchos campos podrían resultar improductivos durante la campaña agrícola de 2025 debido a la imposibilidad de realizar labores agrícolas”.
Y hacen la siguiente solicitud:
“Ante esta grave situación, hemos hecho un llamado urgente a las autoridades, solicitando la intervención del Departamento de Agricultura del Gobierno de Aragón y de la Confederación Hidrográfica del Ebro para llevar a cabo la limpieza de cauces y ramblas, muchas de las cuales están obstruidas por los restos del incendio de 2022 y el material arrastrado por las recientes lluvias; sin una pronta intervención, tememos que futuras tormentas causen daños aún mayores”.