La siniestralidad del seguro agrario español se situó en 632,9 millones de euros en 2020, según los datos registrados por Agroseguro. La superficie total siniestra ascendió a 893.500 hectáreas. Los frutales (132,4 millones) y hortalizas (68,9 millones) fueron las líneas de seguro con mayores indemnizaciones agrícolas. Valencia y Castilla-La Mancha registraron 92,6 y 85,4 millones.
Agroseguro realiza el relato siguiente como análisis de lo ocurrido en 2020:
“Desde principios de año, con la llegada de la borrasca Gloria, los fenómenos meteorológicos se desarrollaron sin solución de continuidad.
Especialmente dañinas resultaron las fuertes y reiteradas tormentas de pedrisco, que dejaron más de 427.300 hectáreas afectadas, y una siniestralidad por valor de 241,3 millones de euros.
Por su parte, los daños provocados por las lluvias e inundaciones se situaron en los 78,9 millones, mientras que los temporales de viento fueron responsables de daños por valor de 34,5 millones.
La inestabilidad meteorológica afectó especialmente a los fruticultores, que recibieron indemnizaciones por valor de 132,4 millones; y a los productores de hortalizas, con 68,9 millones.
Les siguieron los productores de cítricos, con 53,3 millones; la uva de vino, con 44,3 millones; y los cultivos herbáceos extensivos, con 43,1 millones.
En el ámbito pecuario, los seguros de accidentes y enfermedades alcanzaron los 55,7 millones en indemnizaciones; se añaden los 78,6 millones pertenecientes al seguro de retirada y destrucción de animales muertos.
Fueron destacables los siniestros en acuicultura, que ascendieron a 25,7 millones, principalmente por los daños provocados por las tormentas marítimas asociadas al paso de la borrasca Gloria.
Por comunidades autónomas, la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha registraron 92,6 y 85,4 millones de euros en siniestralidad, respectivamente.
Les siguieron Cataluña (76,5 millones), Región de Murcia (74,2 millones), Extremadura (62,3 millones) y Aragón (61,7 millones)".
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Aragón presenta el informe “Análisis de la ganadería extensiva”
Los consejeros de Agricultura y Presidencia del Gobierno de Aragón, Joaquín Olona y Mayte Pérez, se han desplazado a una explotación de ganado vacuno de raza pirenaica situada en Cedrillas (Teruel). Allí han dado datos incluidos en el informe “Análisis de la ganadería extensiva de Aragón”.
Los más destacables son los siguientes:
“El estudio determina que, de las 3.935 explotaciones de ganadería extensiva existentes en Aragón, el setenta por ciento se sitúan en zonas de montaña, fundamentalmente en las comarcas del Sobrarbe, Ribagorza y Jacetania. Estas explotaciones se caracterizan por tener un carácter netamente familiar, acreditando sus titulares una elevada profesionalidad (más del noventa por ciento de los ingresos de estas familias procede del sector agrario).
El informe pone de manifiesto que la renta de los ganaderos (diferencia entre ingresos y gastos) se sitúa en algo más de catorce mil euros al año. Y eso contando con que las ayudas medias que ya reciben este tipo de explotaciones alcanza en Aragón los treinta y dos mil euros al año. Más de la mitad de las ayudas públicas que reciben van directamente a cubrir los costes que no quedan resarcidos por la actividad ganadera. Esta diferencia se agrava todavía más en el caso de las explotaciones de ganadería extensiva situadas en zonas de montaña, donde, aun recibiendo una ayuda superior que alcanza los treinta y cinco mil euros al año, su renta final apenas supera los doce mil euros al año en determinados casos.
En cuanto a la edad de los ganaderos extensivos, sólo el diecinueve por ciento son menores de cuarenta años. Sin embargo, casi el setenta y tres por ciento de las explotaciones de titulares menores de cuarenta años se ubican en zonas de montaña.
Respecto a la evolución de censos, considerando la serie histórica (2013-2021), se constata un incremento en el caso de vacas nodrizas (diecisiete por ciento en la zona pirenaica, y sesenta y cinco por ciento en el resto de zonas de montaña). Sin embargo, en el caso de la ganadería de ovino, estas cifras son negativas, con una reducción del cinco por ciento en la zona pirenaica y del nueve por ciento en el resto de zonas de montaña”.