La Federación Española del Vino (FEV) ha actualizado su encuesta sobre la evolución de las ventas en las bodegas durante este primer semestre de 2020. El 94 por ciento de las bodegas reconoce haber sufrido perjuicios graves por la crisis derivada de la COVID-19 (sobre todo han sufrido los perjuicios las empresas de menor tamaño: Menos de diez trabajadores y de 2 millones de euros de facturación).
La media de las pérdidas económicas se sitúa en un 38,7 por ciento, aunque también se han registrado pérdidas de hasta el 54 por ciento. Las bodegas creen que durante este año 2020 la pérdida de facturación se va a situar en un 28 por ciento. Un tercio cree que la recuperación llegará en 2021; la mitad cree que habrá que esperar a 2022.
El cierre de la hostelería como consecuencia de las restricciones por la COVID-19 ha propiciado un descenso de ventas del 65 por ciento en el mercado español y un 49 por ciento en mercados internacionales. Los porcentajes de caída en el canal alimentación han sido del 12 y el 23 por ciento respectivamente.
La FEV indica que en el momento presente el 61 por ciento de las bodegas observa cierta reactivación en los mercados internacionales, primero en Asia y también en Alemania, Países Bajos y países nórdicos. La inquietud llega vía Brexit y vía aranceles impuestos por Estados Unidos (son los dos destinos más importantes para el vino español).
Respecto a las ventas on line, se ha producido un importante incremento durante el Estado de Alarma; sin embargo, el volumen de ventas es todavía pequeño.
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Proyecto LEGUMINOSE: “El cultivo intercalado de cereales y leguminosas puede reducir las necesidades de fertilización en nitrógeno”
El proyecto europeo LEGUMINOSE, en el que participa UPA, ha alcanzado el ecuador de sus trabajos. Ha celebrado una asamblea en Sumperk (Chequia) para debatir sobre las primeras conclusiones. Una de ellas dice que “las leguminosas ofrecen posibilidades como cultivo-servicio para reducir las necesidades de fertilización en nitrógeno”.
Ello se presenta como “algo fundamental, tanto por el ahorro en costes para la producción de cereales como ante las limitaciones que algunos agricultores tienen, al estar situada su explotación en una zona catalogada como vulnerable”.
Los trabajos del proyecto LEGUMINOSE van a continuar en esta campaña. En estos momentos se están sembrando las parcelas de ensayo. Se mantiene la participación de los agricultores del año pasado, a los que se suman tres nuevas localizaciones —dos en Aragón y otra en la Comunidad de Madrid—. En esta nueva campaña, el proyecto contará con dieciséis localizaciones diferentes en Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Madrid.