Es uno de los mensajes que daba Antonio Herrera, catedrático emérito de Bromatología y Microbiología de los Alimentos de la Universidad de Zaragoza, en Los Jueves Universitarios, que organiza el Campus de Huesca. La sesión tenía lugar este 30 de enero en el Casino de Huesca, bajo el título “Estado actual de la seguridad alimentaria”.
Incidía en que se han dado importantes pasos en el mundo en materia de seguridad alimentaria, entendida ésta como abastecimiento suficiente de alimentos a la población y también como abastecimiento en perfectas condiciones sanitarias.
Sin embargo, los riesgos físicos, químicos y biológicos se convierten en una realidad, habiendo bacterias, virus, parásitos, toxinas,… Aparecen las alertas alimentarias, que a veces derivan en crisis alimentarias.
Antonio Herrera citaba algunos ejemplos de crisis, como la del aceite adulterado en España en 1981, la de las vacas locas en Reino Unido en 1999 o la del engorde ilegal de ganado. También nombraba el caso de la listeria en carne mechada, ocurrido este pasado 2019.
Es allí cuando este catedrático indicaba que la mayor parte de crisis alimentarias se deben a fraudes, es decir, al uso de sustancias no autorizadas.
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Descubre a fondo los alimentos de Aragón: Ecológicos Aragón
La iniciativa “Aragón, alimentos nobles”, impulsada por el Gobierno de Aragón, dedica un reportaje de su blog a los alimentos certificados por el Comité Aragonés de Agricultura Ecológica. Es un ámbito que cuenta en este territorio con una superficie que supera las cien mil hectáreas. Hay más de mil seiscientos productores locales. Aragón ocupa el octavo puesto en producción ecológica en España.
Los cultivos con más extensión en ecológico en Aragón son aquellos más rústicos, es decir, el cuarteto mediterráneo: frutos secos, cereales, olivar y viñedo. No obstante, prácticamente toda la despensa aragonesa tiene su equivalente en ecológico.
Un alimento ecológico en Aragón es el que ha sido producido y elaborado siguiendo métodos agrícolas y ganaderos respetuosos con el medio ambiente, la biodiversidad y la salud humana, sin emplear productos químicos de síntesis (como pesticidas o fertilizantes artificiales) ni organismos genéticamente modificados (OGM).
El resultado son alimentos seguros, saludables y de la máxima calidad, tanto nutricional como organoléptica.
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