La Lonja de Binéfar ha elaborado un informe sobre cómo se ha vivido todo el proceso vinculado a la pandemia de la COVID-19 y sobre el efecto que ha tenido la crisis sanitaria en los distintos sectores allí representados. Habla de continuidad en el trabajo durante el Estado de Alarma, con reuniones y sesiones telemáticas.
Señala que “la declaración por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de una situación de pandemia global provocada por el coronavirus ha repercutido de manera muy negativa en los precios del sector agroganadero, con bajadas bruscas en las primeras semanas de abril, sobre todo en el ovino pero también en el vacuno”.
Para el sector VACUNO “el año arrancó con buenos precios y una sensación generalizada de optimismo; las exportaciones estaban activas y en el mercado nacional, a pesar de la famosa cuesta de enero, había movimiento”.
El primer crack llegó el 26 de febrero: El coronavirus afectó primero a Italia, provocando problemas en la logística y bajada de precios en sus mercados.
El 18 de marzo llegó el segundo crack (éste más acusado). El coronavirus ya estaba en España y “la incertidumbre se apoderó de nuestro mercado, pero por suerte somos un país productor y, además, de alimentos de calidad”.
En cuanto a categorías de vacuno, las hembras han sido las más afectadas por la crisis sanitaria, ya que son las que más han bajado de precio.
Por su parte, los machos cruzados (a pesar de ser los que más salidas han tenido) son los que más censo han acumulado; son los que en peor situación están en estos momentos.
Los machos frisones, sin embargo, están algo mejor: Se han exportado con fluidez y hay menos oferta que demanda.
La realidad es que 2019 fue un año nefasto para el sector OVINO, marcado por las sequías, los elevados costes de producción y los bajos precios que reinaron durante toda la temporada.
El comienzo del año 2020 estuvo marcado por las buenas expectativas; sin embargo, la llegada de la pandemia a España supuso un desplome en los precios. Estos fueron recuperándose de forma paulatina (provocando la sorpresa del sector).
Desde la aparición del coronavirus en China en el mes de diciembre de 2019 algunos de sus efectos ya se habían dejado notar de manera indirecta en el mercado PORCINO español, sobre todo cuando estaba prevista la celebración de la llegada del Año Nuevo Chino a finales de enero.
La situación era buena en marzo pero la preocupación fue ganando terreno. La situación fue compleja hasta finales de mayo, cuando por fin salió el sol con la reapertura del canal HORECA. Europa reactivaba el consumo en junio, aunque el motor seguía estando en Asia.
Nada más decretarse el Estado de Alarma en nuestro país, los mercados de CEREALES actuaron con precaución, manteniéndose prácticamente estáticos y realizando solamente las retiradas ya comprometidas.
Lo cierto es que el sector de la ALFALFA no ha sentido ni ha padecido en exceso las consecuencias de la crisis sanitaria como sí lo han podido sufrir otros sectores, aunque sí lo ha notado en parte por la caída de los flujos de las mercancías.
La Lonja de Binéfar concluye su informe valorando el papel del sector ganadero nacional, que “ha realizado una labor excepcional en estos últimos meses, adaptándose rápidamente a la situación mediante el aumento considerable de las medidas de higiene en los procesos de producción y de manipulación de alimentos; todo ello para que no haya faltado comida en nuestros hogares ni un solo día, como sí ha pasado en otros países”.
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