Es una afirmación de la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (ANOVE) en el marco del Día Mundial de la Propiedad Intelectual e Industrial, que se conmemora cada 26 de abril. Da datos sobre los efectos de la innovación en obtención vegetal en los últimos 25 años:
“Los rendimientos económicos del trigo han aumentado un 270 por ciento, los del tomate un 1.200 por ciento, los del maíz un 110 por ciento, los del olivar un 300 por ciento y los del viñedo un 200 por ciento”.
Antonio Villarroel, director general de ANOVE, explica que “la innovación en semillas y variedades vegetales resulta fundamental para poder satisfacer las demandas de los agricultores, especialmente en un proceso de cambio climático como el actual, que a todos tanto nos preocupa”.
Indica también que “la labor de los obtentores es ayudar a incrementar la producción, reducir los costes de explotación, aumentar los rendimientos y colaborar a lograr una completa seguridad alimentaria”.
ANOVE señala que “los incrementos de productividad han sido espectaculares en todos los cultivos desde la década de los sesenta, creciendo entre el 1 y el 3 por ciento anual”.
Antonio Villarroel añade que “la investigación y mejora genética ha permitido durante las últimas décadas obtener resultados que los agricultores individualmente hubieran tardado siglos en conseguir”.
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La organización del II Congreso Ibérico del Maíz hace balance: “España y Portugal, de la mano, están preparadas para competir en un mercado global”
Es una de las frases del II Congreso Ibérico del Maíz, que tuvo lugar en Barbastro (Huesca) los días 23 y 24 de marzo. Estuvo organizado por la Asociación General de Productores de Maíz de España (AGPME) y la Asociación Nacional de Productores de Maíz y Sorgo de Portugal (ANPROMIS). Contó con la asistencia de unas seiscientas personas. El gran mensaje transmitido durante el Congreso fue “el de la fortaleza del sector del maíz”.
José Luis Romeo, presidente de la AGPME, habla de ir juntos España y Portugal, dado que “tenemos los mismos objetivos, los mismos intereses y un producto muy valioso; seguiremos trabajando juntos por la fuerza de este sector”.
Ángel Samper, secretario general de ASAJA Aragón, se mostraba desesperanzado con la situación actual de la agricultura y ganadería debido a la Política Agraria Común (PAC). Y se mostraba muy crítico con la palabra sostenibilidad: “Tenemos que desterrar la palabra sostenibilidad, porque la hemos mancillado; es necesario sustituirla por la palabra eficiencia medioambiental, social y económica”.
José Antonio López Guerrero, catedrático de Microbiología de la UAM, abordaba el tema “Biotecnología para alimentar al mundo”. En su ponencia destacaba “los beneficios de la biotecnología aplicada al sector agroalimentario: rendimiento más alto de las producciones en menos terreno, mayores ingresos para el agricultor, mejora de la calidad, menor riesgo de pérdida de rendimiento y mejora en la conservación del suelo, entre otros”.
Javier Folch, director de AGPME y Asaja Aragón, era rotundo al decir que “no sabemos comunicar; aún tenemos que avanzar en comunicación y poner en valor todo lo positivo que generamos y todas nuestras bondades”.
El presidente de ASAJA Nacional, Pedro Barato, manifestaba su desconfianza en la globalización, porque ya no cree en ella, y su descontento con las políticas agrarias, ya que “una política agraria en la que hay restricciones y no se dan soluciones es terrible”.