Herogra Fertilizantes, empresa con sede en Albolote (Granada), informa en su blog sobre la importancia de la fertilización poscosecha de los árboles frutales de hoja caduca. Indica que esta labor es fundamental para favorecer la adecuada floración en la campaña del año siguiente. Explica la importancia de esta fertilización (entre cosecha y caída de las hojas) de la siguiente forma:
“Después de la recolección las reservas de nutrientes, que se encuentran almacenadas bajo forma orgánica en los órganos de reserva del árbol (raíz, tronco y ramas), son bajas.
Por ello, se debe seguir realizando una fertilización adecuada en el periodo de tiempo comprendido entre la recolección y la caída de las hojas, con el fin de aumentar el nivel de reservas de nutrientes antes de la parada invernal y favorecer una adecuada floración y salida de parada invernal del siguiente año.
En la fertilización poscosecha de los árboles frutales de hoja caduca, es especialmente importante el nitrógeno.
Las necesidades de nitrógeno, en este periodo, oscilan entre el 20 y el 30 por ciento de las necesidades totales de este nutriente.
Además del nitrógeno, todos los nutrientes son fundamentales para un desarrollo adecuado del árbol, y la falta o exceso de alguno de ellos produciría problemas en el cultivo de cara a la próxima campaña.
A modo de ejemplo, las necesidades de los otros dos macronutrientes, fósforo y potasio, en este periodo de tiempo oscilan entre un 10 y un 15 por ciento de las necesidades totales de estos elementos.
Herogra Fertilizantes, para la fertilización de los árboles frutales de regadío, recomienda el uso de la fertirrigación, que permite el suministro de nutrientes a través del sistema de riego.
Asimismo, este sistema de aplicación admite el uso tanto de fertilizantes sólidos solubles, como de fertilizantes líquidos.
Para complementar la fertirrigación, Herogra Especiales ofrece soluciones foliares, que, por ejemplo, pueden utilizarse como aplicaciones correctivas, cuando se presentan síntomas de deficiencias nutricionales, o cuando queremos aumentar las reservas nutricionales del árbol, para obtener una buena salida de la parada invernal.
En el momento de la poscosecha, se aprovecha que la fruta ha sido recogida pero que la hoja aún se encuentra en el árbol, para poder realizar aplicaciones foliares.
Para que estas aplicaciones sean efectivas, es muy importante que la hoja se encuentre en buenas condiciones; por lo tanto, para maximizar la absorción de nutrientes, las aplicaciones foliares se deben realizar lo antes posible tras la recogida de la fruta.
Después de la cosecha, es necesario realizar aplicaciones foliares de macro y micronutrientes que sean móviles vía floema, para que se puedan translocar y formar parte de las reservas del árbol.
Los nutrientes móviles vía floema son N, P, K, Mg, Cl y Mo. El efecto de la aplicación de otros nutrientes vía foliar, en la última fase del ciclo (después de la cosecha), sería muy limitado, pues los nutrientes se perderían con la caída de las hojas.
Los nutrientes que Herogra Especiales recomienda para esta etapa serían fósforo, magnesio y micronutrientes como boro y molibdeno, entre otros”.
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UAGA-COAG denuncia que las explotaciones frutícolas se encuentran al límite por asfixia económica
UAGA-COAG pone sobre la mesa la difícil situación que viven las explotaciones frutícolas aragonesas. Dice que su rentabilidad está al límite. Esta organización profesional agraria alerta de la asfixia económica del sector frutícola. Hace balance de la campaña de este año. Presenta el informe siguiente:
“La última campaña de fruta ha estado marcada por la recuperación de los volúmenes de producción media en Aragón y por las condiciones meteorológicas, principalmente por la falta de agua para riego y las altas temperaturas, que adelantaron la maduración y también precipitaron que el momento de la recogida coincidiese con las tareas de aclareo.
Pero, además, la campaña ha tenido otra incómoda protagonista, la mosca de la fruta (Ceratitis capitata), que ha ejercido una presión nunca antes vista en el sector.
Todos estos factores provocaron que se comercializase fruta de menor calibre (tamaño más pequeño), lo que hizo que su salida al mercado fuese más difícil y originara stock en las cámaras.
Ante esta situación, UAGA-COAG solicitó al Gobierno de Aragón que activase las medidas existentes para poder regular el mercado, en concreto la retirada de fruta dentro de las Organizaciones de Productores (destinar parte de la producción almacenada a los bancos de alimentos y a transformación en zumo).
A pesar de las presiones de UAGA-COAG, el Departamento de Agricultura no aprobó esta reivindicación y ahora que están llegando las liquidaciones (los pagos de las cooperativas y almacenes a los agricultores) los productores de fruta están viendo cómo esos precios que perciben no llegan a cubrir los costes de producción.
En este sentido, la organización denuncia que una vez más se han incumplido los plazos que establece la Ley de la Cadena Alimentaria, y que las liquidaciones llegan meses después de la entrega de la fruta en los almacenes y con precios, muchas veces, por debajo de los costes.
UAGA-COAG es consciente de que es muy difícil de que la ciudadanía comprenda la denuncia de los precios bajos en origen que hacen los fruticultores cuando la realidad indica todo lo contrario, esto es, que los consumidores encuentran la fruta cada vez más cara en los mercados.
Para avalar esta queja, están los datos recogidos en el IPOD (Índice de Precios en Origen y Destino que elabora COAG), que confirman que en el mes de julio la diferencia de precios en el melocotón y la nectarina era de casi el cuatrocientos por ciento. Es decir, desde que sale del almacén hasta que llega al consumidor el precio de un melocotón o una nectarina se multiplica por cuatro.
Los responsables de ese aumento, tal y como denuncia desde hace años UAGA-COAG, son los intermediarios y la distribución, que primero cubren gastos y obtienen el beneficio oportuno, y, por último, las migas del pastel se las dejan al agricultor.
UAGA-COAG recuerda que el sector frutícola se encuentra asfixiado económicamente, por el aumento desorbitado de los costes de producción y por unos precios abusivos en origen, y que, además, afronta una emergencia climática que afecta directamente a los procesos fisiológicos de los cultivos, con un riesgo tan alto que cuestiona la viabilidad de las explotaciones.
Y todo esto sin que el Gobierno de Aragón dé una respuesta contundente de apoyo a este sector para evitar el abandono del cultivo de fruta y la falta de relevo generacional”.