Es la conclusión a varios años de trabajo del proyecto Diverfarming, que ha evaluado el impacto de la diversificación de cultivos y la gestión agrícola en la dinámica del carbono orgánico en suelo de regiones climáticas de España, Italia y Finlandia. Desde este proyecto se indica que “el aumento de las reservas de carbono orgánico del suelo puede representar un paso importante hacia el desarrollo de sistemas agrícolas más sostenibles”. En todo ello ha trabajado un equipo de investigadores de la Universidad de Portsmouth, Estación Experimental de Aula Dei del CSIC, Universidad Politécnica de Cartagena, Centro de Investigación Agrícola y Medioambiental de Italia (CREA) e Instituto de Investigación de Finlandia Luke. Indican que “el tipo de cultivo, el manejo de la labranza y el tipo de enmienda orgánica son los factores con mayor impacto en el carbono orgánico en suelo”.
En el caso de estudio español de Murcia, “la adición de compost y el uso de cubiertas vegetales en los sistemas diversificados produjeron un aumento del carbono orgánico en suelo en nueve años, en comparación con el manejo convencional”.
En cuanto a los casos de estudio de Foggia (Italia) y Huesca (España) “se modeló el efecto de la labranza en las reservas de carbono orgánico en suelo de secano y se predijo un impacto positivo en estas reservas cuando se apostó por el no laboreo”. En el ensayo de cereales en Huesca “el manejo integrado de labranza cero y aporte de estiércol se certificó como la mejor estrategia para aumentar el carbono orgánico en suelo, que podría duplicarse en veinte años siguiendo estas estrategias, en comparación con las prácticas actuales”.
Esta evaluación se utilizó también para comprender el impacto de la diversificación de cultivos en las regiones boreales de Finlandia, donde existe una tendencia decreciente en las reservas de carbono en suelo (caída del 0,4 por ciento cada año). Según los resultados, “la pérdida de carbono orgánico en suelo en el cereal tradicional se puede evitar introduciendo gramíneas o leguminosas en las rotaciones de cereales convencionales y añadiendo estiércol”.
El proyecto Diverfarming señala igualmente que “las simulaciones y las mediciones revelaron que, con las diversificaciones consideradas, la ganancia en carbono en suelo es mayor en las zonas experimentales de las regiones mediterráneas que en los ecosistemas boreales”.
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Proyecto LEGUMINOSE: “El cultivo intercalado de cereales y leguminosas puede reducir las necesidades de fertilización en nitrógeno”
El proyecto europeo LEGUMINOSE, en el que participa UPA, ha alcanzado el ecuador de sus trabajos. Ha celebrado una asamblea en Sumperk (Chequia) para debatir sobre las primeras conclusiones. Una de ellas dice que “las leguminosas ofrecen posibilidades como cultivo-servicio para reducir las necesidades de fertilización en nitrógeno”.
Ello se presenta como “algo fundamental, tanto por el ahorro en costes para la producción de cereales como ante las limitaciones que algunos agricultores tienen, al estar situada su explotación en una zona catalogada como vulnerable”.
Los trabajos del proyecto LEGUMINOSE van a continuar en esta campaña. En estos momentos se están sembrando las parcelas de ensayo. Se mantiene la participación de los agricultores del año pasado, a los que se suman tres nuevas localizaciones —dos en Aragón y otra en la Comunidad de Madrid—. En esta nueva campaña, el proyecto contará con dieciséis localizaciones diferentes en Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Madrid.