El candidato demócrata Joe Biden será investido presidente de los Estados Unidos en enero. Atrás quedan los cuatro años de presidencia del republicano Donald Trump. Se abre una nueva etapa para las energías renovables, para la potenciación (todavía más si cabe) de las compañías tecnológicas, y se verá qué ocurrirá con las relaciones internacionales de ese país con Europa, China y Rusia, entre otros.
El calentamiento global de la atmósfera y el cambio climático fueron abordados en sendos documentales, protagonizados por Al Gore (“Una verdad incómoda”) y Leonardo di Caprio (“Antes que sea tarde”).
Joe Biden ya anunció en la convención demócrata su apuesta por las renovables, compromiso que convirtió en algo más ambicioso durante la campaña electoral.
La primera decisión que puede tomar es el retorno de Estados Unidos al Acuerdo de París.
Europa está mostrando normativamente una especial sensibilidad hacia el medio ambiente. La máxima responsable de la Comisión Europa, Ursula von der Leyen, habla de nueva era. Se ha aprobado el Green Deal (Pacto Verde), una nueva Política Agraria Común (PAC) más verde, y las Estrategias “De la granja a la mesa” y “Biodiversidad”.
Esa posición europea (que coincide con la del Gobierno de España) ha llevado a representantes agrarios a hablar de ecologismo radical y de actitud antihumanista.
Otro de los sectores que puede verse beneficiado por la victoria de Joe Biden es el de las tecnológicas, en plena marcha hacia la digitalización del mundo.
Las compañías multinacionales tecnológicas norteamericanas son las más poderosas. Lideran el ranking de facturación y también el de inversión en I+D+i.
Allí radica parte del debate relativo a quién liderará el mundo en el futuro. Hay quien piensa que Estados Unidos todavía va a ser más superpotencia mundial, y frente a esa tesis está la que defiende que China e India pasarán a dominar el mundo en las próximas décadas.
En materia agroalimentaria hay dos preguntas sobre la política de Joe Biden. En primer lugar, habrá que saber si elimina los aranceles a los productos alimentarios europeos (y por tanto españoles) y, en segundo lugar, habrá que conocer cuál será la relación de Estados Unidos con China, dado que la guerra comercial entre ambos países derivó en un acuerdo para introducir las producciones estadounidenses en China.
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Proyecto LEGUMINOSE: “El cultivo intercalado de cereales y leguminosas puede reducir las necesidades de fertilización en nitrógeno”
El proyecto europeo LEGUMINOSE, en el que participa UPA, ha alcanzado el ecuador de sus trabajos. Ha celebrado una asamblea en Sumperk (Chequia) para debatir sobre las primeras conclusiones. Una de ellas dice que “las leguminosas ofrecen posibilidades como cultivo-servicio para reducir las necesidades de fertilización en nitrógeno”.
Ello se presenta como “algo fundamental, tanto por el ahorro en costes para la producción de cereales como ante las limitaciones que algunos agricultores tienen, al estar situada su explotación en una zona catalogada como vulnerable”.
Los trabajos del proyecto LEGUMINOSE van a continuar en esta campaña. En estos momentos se están sembrando las parcelas de ensayo. Se mantiene la participación de los agricultores del año pasado, a los que se suman tres nuevas localizaciones —dos en Aragón y otra en la Comunidad de Madrid—. En esta nueva campaña, el proyecto contará con dieciséis localizaciones diferentes en Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Madrid.