Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) especializados en biotecnología, ciencias agrarias y alimentación han analizado en Zaragoza el futuro de la dieta mediterránea en el contexto del cambio climático. Ha sido en el encuentro de los “Itinerarios Cicerón”. Esta iniciativa pretende “facilitar la interacción entre la comunidad científica con administraciones, empresas y periodistas, ya que los expertos comparten los avances científicos que contribuyen a preservar la esencia de la dieta mediterránea”.
PATRICIA RÚAS, del Instituto de Productos Lácteos de Asturias del CSIC, abordaba el tema de los microorganismos beneficiosos presentes en el suero lácteo y su impacto tanto en la salud humana como en la del medio ambiente.
“Estas bacterias se pueden emplear para llevar a cabo fermentaciones de materias primas que, hasta hace poco, eran consideradas residuos, como es el caso del lactosuero, generado en grandes cantidades durante la elaboración del queso, que es un subproducto de alto valor nutritivo y que se puede utilizar para generar nuevos alimentos con propiedades beneficiosas para la salud humana.
Estos alimentos, denominados funcionales, se pueden diseñar para cubrir necesidades específicas como las requeridas por la población envejecida que sufre problemas de malnutrición y deterioro cognitivo, entre otras afecciones”.
ELENA CARTEA, de la Misión Biológica de Galicia, estudia las propiedades beneficiosas de las plantas de las brásicas.
“Estudia principalmente los beneficios de grelos y berzas en la prevención de determinados tipos de cáncer de mama y de próstata, con importantes efectos antioxidantes y antiinflamatorios.
La investigadora proporciona una explicación detallada sobre cómo los cultivos de estas plantas afectan positivamente al ecosistema agrícola para la conservación y caracterización de la biodiversidad”.
JAVIER GIRALDEZ, del Instituto de Ganadería de Montaña, se centra en su experiencia como experto en el desarrollo de una ganadería más rentable, eficiente y resiliente dentro de la bioeconomía circular.
“Sus investigaciones están relacionadas con la nutrición y alimentación de los herbívoros de interés ganadero, fundamentalmente especies rumiantes, con el objetivo de reducir el impacto ambiental y mejorar el rendimiento productivo y reproductivo de los animales, su bienestar y la calidad, tanto bromatológica como higiénica, de los productos obtenidos”.
JORGE RODRÍGUEZ, del grupo de estrés abiótico en plantas de la Estación Experimental de Aula Dei, comparte su conocimiento en deficiencia de hierro en especies vegetales.
“Sus investigaciones buscan entender cómo las plantas deciden cuándo, cómo y dónde adquirir y almacenar el hierro, ya que solamente entendiendo los mecanismos de regulación se podrán adaptar los cultivos a las nuevas condiciones climáticas, manteniendo tanto la producción como la calidad nutricional de los alimentos”.
FRANCISCO TOMÁS, del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS), aporta su experiencia en calidad, seguridad y bioactividad de los alimentos vegetales.
“Durante los últimos veinte años, este investigador y su equipo han demostrado la importancia de la conversión de los antioxidantes más abundantes de frutas y hortalizas por los microbios que habitan el intestino humano, una conversión clave para sus funciones sobre la salud.
Los conocimientos obtenidos permiten el desarrollo de nuevos alimentos funcionales y suplementos dietéticos de gran interés en el campo de la nutrición personalizada, y abre un nuevo camino para probióticos de nueva generación, prebióticos, posbióticos y sinbióticos, que revolucionarán el papel de las frutas, hortalizas y otros alimentos vegetales en la salud humana”.
CELIA CANTÍN, de la Estación Experimental de Aula Dei (EEAD), expone su experiencia como experta en el estudio y desarrollo de técnicas para mejorar los cultivos frutales.
“La investigadora y su equipo del grupo de nutrición y poscosecha de cultivos frutales de la EEAD trabajan en la mejora de la calidad de los productos hortofrutícolas más cultivados en España y su adaptación al cambio climático, para conocer sus efectos en la calidad de estos productos”.
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Descubre a fondo los alimentos de Aragón: Ecológicos Aragón
La iniciativa “Aragón, alimentos nobles”, impulsada por el Gobierno de Aragón, dedica un reportaje de su blog a los alimentos certificados por el Comité Aragonés de Agricultura Ecológica. Es un ámbito que cuenta en este territorio con una superficie que supera las cien mil hectáreas. Hay más de mil seiscientos productores locales. Aragón ocupa el octavo puesto en producción ecológica en España.
Los cultivos con más extensión en ecológico en Aragón son aquellos más rústicos, es decir, el cuarteto mediterráneo: frutos secos, cereales, olivar y viñedo. No obstante, prácticamente toda la despensa aragonesa tiene su equivalente en ecológico.
Un alimento ecológico en Aragón es el que ha sido producido y elaborado siguiendo métodos agrícolas y ganaderos respetuosos con el medio ambiente, la biodiversidad y la salud humana, sin emplear productos químicos de síntesis (como pesticidas o fertilizantes artificiales) ni organismos genéticamente modificados (OGM).
El resultado son alimentos seguros, saludables y de la máxima calidad, tanto nutricional como organoléptica.
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