“La agricultura baja en carbono” es el título de la conferencia que ha organizado la Embajada de Francia y que se ha celebrado en Madrid con la participación del secretario general de Agricultura y Alimentación del Ministerio, Fernando Miranda, el cual ha apuntado que el plan estratégico nacional de la Política Agraria Común (PAC) promueve medidas que van a contribuir a la mejora de los suelos y a la lucha contra la erosión y la desertificación. Habla del pastoreo extensivo, el mantenimiento de cubiertas vegetales y la rotación de cultivos. Y ha anunciado que está previsto destinar setenta y nueve millones de euros (de la Agenda de Digitalización y del Plan de Recuperación) a inversiones en agricultura de precisión y tecnologías 4.0, con el fin de “dotar al sector de herramientas que le permitan aplicar prácticas bajas en emisiones y para cuantificarlas”.
Fernando Miranda ha reiterado “el apoyo de España a la iniciativa de la Comisión Europea de establecer un marco regulatorio que permita certificar la reducción de emisiones, una medida necesaria para estimular la adhesión por parte del sector agroalimentario a este tipo de proyectos, de manera que sea posible aprovechar su potencial tanto de reducir emisiones como de incrementar el secuestro de carbono en suelos agrícolas y forestales”. Ha asegurado que el Ministerio de Agricultura trabajará conjuntamente con la Comisión Europea y el resto de Estados miembros para armonizar los sistemas de certificación, facilitando e incentivando su puesta en marcha.
El secretario general ha recordado que España cuenta desde 2014 con el “Registro de la huella de carbono, compensación y proyectos de absorción de CO2”, y que “las ayudas a través de la Asociación Europea para la Innovación están propiciando la creación de más grupos operativos interesados en desarrollar proyectos de reducción de huella de carbono”. También ha apuntado que “el Ministerio, a través de los decretos de ordenación de los sectores ganaderos, promueve la introducción en las granjas de las mejores técnicas disponibles que nos permitan reducir emisiones de gases de efecto invernadero”.
Otras noticias
La Denominación de Origen Cariñena prevé vendimiar cincuenta y seis millones de kilos de uva, un 3,3 por ciento más que en 2023
Las veintisiete bodegas de la Denominación de Origen Cariñena viven sus días de más trabajo. Se encuentran en las jornadas más intensas de la vendimia de 2024, en la que se prevé recoger unos cincuenta y seis millones de kilos de uva. Esta cifra supone aumentar un 3,3 por ciento la cantidad recolectada el año pasado. Sin embargo, estará por debajo de la media de los últimos diez años.
La Denominación de Origen Cariñena presenta el siguiente informe relativo a la campaña de vendimia actual:
“La temporada ha venido marcada por precipitaciones inferiores a la media durante todo el año y unos meses de julio y agosto muy cálidos, que adelantaron el inicio de la recogida. La bajada de temperaturas y lluvias desde finales de agosto han refrescado los viñedos y han retrasado la maduración de las variedades tintas, mejorando las primeras previsiones.
Los datos técnicos resaltan que las plantas no han presentado problemas de enfermedades y plagas; en particular, la totalidad de parcelas aplica la técnica biológica de la confusión sexual contra la polilla del racimo. La sanidad de la uva está calificada como muy buena, con excelentes condiciones de concentración de azúcares para la elaboración de las distintas clases de vinos”.
En la actualidad, la Denominación de Origen Cariñena abarca una superficie total de más de tres mil quinientas hectáreas, repartidas por dieciséis municipios. Suma más de mil trescientos viticultores. Un setenta y cinco por ciento de la superficie se vendimia de forma mecánica. La uva tinta más cultivada es la garnacha, seguida de la tempranillo y la cabernet sauvignon. Entre las uvas blancas, el primer lugar lo ocupa la macabeo.