Es lo que afirma el doctor en Prehistoria y miembro del Grupo de Arqueología de Alta Montaña, Ermengol Gassiot. Lo hace en alusión a los hallazgos de yacimientos del Neolítico en el Sobrarbe, en la provincia de Huesca, que “están revolucionando la imagen que se tenía del proceso de introducción de la ganadería y la agricultura en el Pirineo”.
Los recientes trabajos efectuados en el bien Pirineos-Monte Perdido han posibilitado la documentación de un nuevo yacimiento arqueológico, próximo a la Cueva de Coro Trasito (Tella), conocido con el nombre de Cueva de la Artiga Viturián, a 1.470 metros de altitud. Todos los indicios cronológicos la sitúan en el Neolítico.
La presencia y documentación de antiguas terrazas de cultivo en las inmediaciones de Coro Trasito son objeto de estudio, y confirman que “en Coro Trasito pudo haber agricultura en época neolítica, una hipótesis defendida por nosotros y cada vez más aceptada”.
Al mismo tiempo, evidenciaría que "Coro Trasito no era un lugar especializado únicamente en la ganadería, con ocupaciones breves y estacionales, sino un asentamiento en el que se desarrollaba una gran variedad de actividades, tales como consumo y almacenamiento de alimentos, producción de alfarería, reparación de herramientas de piedra, trabajo sobre vegetales, pieles,…".
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La organización del II Congreso Ibérico del Maíz hace balance: “España y Portugal, de la mano, están preparadas para competir en un mercado global”
Es una de las frases del II Congreso Ibérico del Maíz, que tuvo lugar en Barbastro (Huesca) los días 23 y 24 de marzo. Estuvo organizado por la Asociación General de Productores de Maíz de España (AGPME) y la Asociación Nacional de Productores de Maíz y Sorgo de Portugal (ANPROMIS). Contó con la asistencia de unas seiscientas personas. El gran mensaje transmitido durante el Congreso fue “el de la fortaleza del sector del maíz”.
José Luis Romeo, presidente de la AGPME, habla de ir juntos España y Portugal, dado que “tenemos los mismos objetivos, los mismos intereses y un producto muy valioso; seguiremos trabajando juntos por la fuerza de este sector”.
Ángel Samper, secretario general de ASAJA Aragón, se mostraba desesperanzado con la situación actual de la agricultura y ganadería debido a la Política Agraria Común (PAC). Y se mostraba muy crítico con la palabra sostenibilidad: “Tenemos que desterrar la palabra sostenibilidad, porque la hemos mancillado; es necesario sustituirla por la palabra eficiencia medioambiental, social y económica”.
José Antonio López Guerrero, catedrático de Microbiología de la UAM, abordaba el tema “Biotecnología para alimentar al mundo”. En su ponencia destacaba “los beneficios de la biotecnología aplicada al sector agroalimentario: rendimiento más alto de las producciones en menos terreno, mayores ingresos para el agricultor, mejora de la calidad, menor riesgo de pérdida de rendimiento y mejora en la conservación del suelo, entre otros”.
Javier Folch, director de AGPME y Asaja Aragón, era rotundo al decir que “no sabemos comunicar; aún tenemos que avanzar en comunicación y poner en valor todo lo positivo que generamos y todas nuestras bondades”.
El presidente de ASAJA Nacional, Pedro Barato, manifestaba su desconfianza en la globalización, porque ya no cree en ella, y su descontento con las políticas agrarias, ya que “una política agraria en la que hay restricciones y no se dan soluciones es terrible”.