Varias entidades españolas y la Asociación Interprofesional Francesa de la Oliva se han unido en un proyecto que pretende estudiar el impacto del cambio climático en el cultivo del olivo en el Mediterráneo. Está bien adaptado a veranos secos y calurosos pero se quiere observar cómo se comporta al extremar esas condiciones y reducir el frío invernal.
El Instituto IRTA de Cataluña es una de las entidades participantes. Indica que “el cambio climático alterará la climatología mediterránea, lo que repercutirá en la fenología de los vegetales (es decir, en los períodos de floración, aparición de los frutos y maduración,…), por lo que la productividad del olivo y otros cultivos se verá afectada”.
Se estudian diferentes zonas geográficas de España, centrando la atención en las variedades arbequina y picual.
Desde el IRTA se señala que, “a pesar de que el olivo está fisiológica y fenológicamente bien adaptado a las condiciones mediterráneas, con veranos calurosos y secos, y con una irregularidad de lluvia a lo largo del año muy marcada, la alteración en el patrón climático tendrá consecuencias en la productividad y, sobre todo, en la fenología”.
Y añade: “Esto dará lugar a periodos vegetativos más largos, sin un periodo de frío, lo que reducirá la productividad y la calidad de la producción de aceitunas y/o de aceite”.
También participan en este proyecto el IFAPA de La Alameda del Obispo, Cabildo de Tenerife y la Universidad de Huelva.
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Centros tecnológicos, cooperativas y empresas de Aragón van a estudiar cómo combatir las aflatoxinas en el maíz
Se pone en marcha en Aragón un proyecto de cooperación que lleva por nombre “Cambio climático y aflatoxinas: el desafío en los cultivos de maíz en Aragón”. Centros tecnológicos, cooperativas y empresas van a buscar nuevas herramientas agronómicas para el control de las aflatoxinas.
El estrés hídrico y el aumento de las temperaturas propician su desarrollo. Hasta 2022 sólo se habían detectado en maíz almacenado o producto terminado.
La aparición en campo de aflatoxinas se ha convertido en uno de los principales problemas del sector, ya que su presencia o contaminación puede obligar a la industria a eliminar partidas enteras.
Las aflatoxinas son micotoxinas producidas por hongos, principalmente Aspergillus flavus y Aspergillus parasiticus, que se encuentran en varios cultivos agrícolas, principalmente maíz, cacahuete, pistachos y semillas de algodón.
El maíz es el cultivo de verano más extendido en Aragón. En 2024 abarcó más de ochenta y cuatro mil hectáreas, con un veinte por ciento de la superficie dedicada a consumo humano.
El proyecto está formado por cinco cooperativas (CADEBRO, Servicampo, Nuestra Señora del Rosario, Gallicum y Coopina), dos centros tecnológicos (UNIZAR y FITA) y dos empresas (Tereos &Sweeteners Iberia S.A.U. y Ars Alendi).