Varias entidades españolas y la Asociación Interprofesional Francesa de la Oliva se han unido en un proyecto que pretende estudiar el impacto del cambio climático en el cultivo del olivo en el Mediterráneo. Está bien adaptado a veranos secos y calurosos pero se quiere observar cómo se comporta al extremar esas condiciones y reducir el frío invernal.
El Instituto IRTA de Cataluña es una de las entidades participantes. Indica que “el cambio climático alterará la climatología mediterránea, lo que repercutirá en la fenología de los vegetales (es decir, en los períodos de floración, aparición de los frutos y maduración,…), por lo que la productividad del olivo y otros cultivos se verá afectada”.
Se estudian diferentes zonas geográficas de España, centrando la atención en las variedades arbequina y picual.
Desde el IRTA se señala que, “a pesar de que el olivo está fisiológica y fenológicamente bien adaptado a las condiciones mediterráneas, con veranos calurosos y secos, y con una irregularidad de lluvia a lo largo del año muy marcada, la alteración en el patrón climático tendrá consecuencias en la productividad y, sobre todo, en la fenología”.
Y añade: “Esto dará lugar a periodos vegetativos más largos, sin un periodo de frío, lo que reducirá la productividad y la calidad de la producción de aceitunas y/o de aceite”.
También participan en este proyecto el IFAPA de La Alameda del Obispo, Cabildo de Tenerife y la Universidad de Huelva.
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La D.O.P. Cariñena quiere fomentar la variedad autóctona cariñena como seña de identidad y como base para vinos de gran valor
La Denominación de Origen Protegida (D.O.P.) Cariñena recuerda que trabaja para “potenciar la variedad de uva autóctona cariñena como una de sus señas de identidad y como base para la elaboración de vinos de gran valor”. Los resultados ya obtenidos y los nuevos proyectos puestos en marcha se han mostrado en la cata-presentación “Re-descubriendo la cariñena”, organizada por el Club de Amigos de Vinos de Aragón. Casi cincuenta asistentes pudieron degustar ocho ejemplos de vino de variedad cariñena, presentados por otras tantas bodegas de la D.O.P. Cariñena.
Antonio Ubide, presidente de esta denominación de origen, resalta que “la cariñena es una variedad en auge porque resiste el cambio climático, aguanta la sequía y los golpes de calor, y conserva la acidez, con lo que permite elaborar vinos de menor grado alcohólico, tanto en monovarietales como coupages”.
Subraya que, “como es una variedad surgida en la zona de Cariñena, se adapta perfectamente al territorio; de allí se extendió desde el siglo XV por todo el mundo, y su nombre de cariñena y su sinónimo más extendido, que es carignan, nos da una ventaja competitiva y nos ayuda a divulgar el nombre de la denominación de origen, por lo que se trata también de una apuesta estratégica en el ámbito de la promoción y el marketing”.
LA UVA CARIÑENA
La ficha técnica sobre la variedad cariñena que da la Denominación de Origen Cariñena es ésta:
“Su lugar de origen da nombre a esta uva, que también se cultiva en otras regiones vinícolas de España, así como en Francia, Italia, Chile, Argentina y Estados Unidos, entre otros países. Se adapta bien a diversos climas y suelos, aunque prefiere climas cálidos y secos. Es una variedad vigorosa y resistente.
La uva Cariñena produce vinos tintos de cuerpo medio a alto, con una buena estructura y una gran concentración de color y con aromas intensos, con notas de frutas rojas y negras, especias y hierbas. Tiende a tener una acidez elevada y unos taninos firmes y astringentes, lo que contribuye a la longevidad de sus vinos, que pueden envejecer y desarrollar mayor complejidad con el tiempo. Se utiliza en monovarietales y en mezclas con otras variedades de uva, como garnacha y syrah. Aporta estructura y acidez, y su presencia puede equilibrar la dulzura y la fruta de otras uvas”.
VINOS ULTRAPREMIUM
El secretario general de la D.O. Cariñena, Claudio Herrero, explica las líneas maestras del proyecto “Elaboración de vinos emblemáticos de la variedad cariñena”, que se presenta como una “herramienta para todas las bodegas y viticultores”. El objetivo es “describir los aromáticos característicos de esta uva, estudiar posibles aspectos negativos y cómo eliminarlos para mejorar la capacidad de envejecimiento y calidad, y divulgar sus resultados para producir vinos destinados a las gamas premium y ultrapremium”.
Juan Cacho, catedrático de Química y experto en enología, destaca que “los vinos catados demuestran que la uva cariñena tiene un potencial muy grande como vino de guarda y que, a diferencia de otras variedades, una buena añada se puede guardar quince o veinte años”.
LOS OCHO VINOS DE LA CATA
Los vinos que se cataron en el evento citado fueron:
– Hacienda Molleda 2022, de Hacienda Molleda.
– Finca Marimú 2021, de Bodegas Care.
– Terrai Roble 2021, de Bodegas Covinca.
– Anayón 2020, de Grandes Vinos.
– Gabarda 2020, de Bodegas Luis Marín.
– Vinos del Viento 2019, de Cooper Cellars.
– Menguante Selección 2019, de Bodegas y Viñedos Pablo.
– Particular 2017, de Bodegas San Valero.