El consejero de Agricultura del Gobierno de Aragón, Joaquín Olona, se ha reunido con el director territorial de Agroseguro en Aragón, Juan Cruzán, para hablar de la crecida del río Ebro. La estimación de daños que maneja el Gobierno aragonés habla de unas doce mil hectáreas de cultivos afectadas. Joaquín Olona explica que “todavía es pronto para valorar los daños sufridos por los cultivos y las infraestructuras agrícolas y ganaderas, siendo imposible hacerlo mientras no se retiren las aguas; no obstante, donde no pueda llegar Agroseguro (por razones de legalidad y normativa) llegará el Gobierno de Aragón”.
El consejero señala que “seremos coherentes compensando como es debido la importante contribución agraria al bienestar e interés general”. Ha recordado, sin embargo, que “los agricultores son plenamente conscientes de que el seguro agrario es la herramienta determinante sobre la que giran todas las demás, y el nivel de aseguramiento agrario es prácticamente total en la ribera del Ebro”. Juan Cruzán ha aclarado que todas las líneas de seguro agrario incluyen el riesgo de inundación.
Joaquín Olona explica que “en estas grandes avenidas se produce una inundación masiva de la superficie que configura la llanura inundable, en la que no toda la superficie es de cultivos ni toda la superficie de cultivo sufre daños; hay que tener en cuenta que el montante de daño no se debe únicamente a la superficie de lámina cubierta por la inundación sino, sobre todo, por la fuerza con la que el agua entra y el tiempo en que ésta permanece en los campos, por lo que no resulta proporcional la superficie inundada en cada episodio con el daño generado”. Recuerda que en 2015 la superficie total inundada fue de 20.900 hectáreas, de las que finalmente sufrieron daños 10.600 hectáreas; en 2018 la superficie inundada fue de 15.000 hectáreas y fueron 9.700 hectáreas las que sufrieron daños.
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La Denominación de Origen Cariñena prevé vendimiar cincuenta y seis millones de kilos de uva, un 3,3 por ciento más que en 2023
Las veintisiete bodegas de la Denominación de Origen Cariñena viven sus días de más trabajo. Se encuentran en las jornadas más intensas de la vendimia de 2024, en la que se prevé recoger unos cincuenta y seis millones de kilos de uva. Esta cifra supone aumentar un 3,3 por ciento la cantidad recolectada el año pasado. Sin embargo, estará por debajo de la media de los últimos diez años.
La Denominación de Origen Cariñena presenta el siguiente informe relativo a la campaña de vendimia actual:
“La temporada ha venido marcada por precipitaciones inferiores a la media durante todo el año y unos meses de julio y agosto muy cálidos, que adelantaron el inicio de la recogida. La bajada de temperaturas y lluvias desde finales de agosto han refrescado los viñedos y han retrasado la maduración de las variedades tintas, mejorando las primeras previsiones.
Los datos técnicos resaltan que las plantas no han presentado problemas de enfermedades y plagas; en particular, la totalidad de parcelas aplica la técnica biológica de la confusión sexual contra la polilla del racimo. La sanidad de la uva está calificada como muy buena, con excelentes condiciones de concentración de azúcares para la elaboración de las distintas clases de vinos”.
En la actualidad, la Denominación de Origen Cariñena abarca una superficie total de más de tres mil quinientas hectáreas, repartidas por dieciséis municipios. Suma más de mil trescientos viticultores. Un setenta y cinco por ciento de la superficie se vendimia de forma mecánica. La uva tinta más cultivada es la garnacha, seguida de la tempranillo y la cabernet sauvignon. Entre las uvas blancas, el primer lugar lo ocupa la macabeo.