El Colegio de Veterinarios de Huesca muestra su reconocimiento al Movimiento Slow Food, que recientemente recibía el máximo galardón de los Premios Félix de Azara, que concede la Diputación Provincial de Huesca. El Colegio pone a este colectivo como “ejemplo de apuesta por los productos alimentarios de calidad y proximidad”.
Fernando Carrera, presidente del Colegio de Veterinarios de Huesca, incide en ese mensaje y en que “la enseñanza positiva de la pandemia por la COVID-19 ha sido que los ciudadanos han reconocido la importancia de los productos de cercanía”.
Y recuerda que el Colegio participa en la Alianza Agroalimentaria Aragonesa precisamente para la difusión de los productos de calidad y de proximidad de este territorio.
Irene Gracia forma parte de la Junta de Gobierno del Colegio de Veterinarios de Huesca y está al frente de Slow Food Huesca. Muestra su satisfacción, orgullo,… por recibir un galardón como el Premio Félix de Azara. Valora que, además, sea un reconocimiento realizado “en casa”.
Muestra su alegría por ver cómo se ha recompensado la labor de Slow Food Huesca en pro de unos productos de cercanía y respetuosos con el medio ambiente. Los describe como “autóctonos” y como “pertenecientes a nuestro patrimonio alimentario”.
Considera que “proteger lo nuestro supone, además, un acto de justicia, en el sentido de que los productores perciben unas retribuciones adecuadas y los precios de mercado son asequibles para los consumidores”.
Irene Gracia no reniega del progreso y de la importancia de la tecnología pero siempre con sentido común, es decir, manteniendo las tradiciones y respetando el suelo y animales. Concluye que “hay que cultivar pero también mimar los recursos”.
Como veterinaria y como ganadera mira al futuro con esperanza pero también con preocupación, dado que hay sectores (como el porcino y el avícola) que están funcionando bien; sin embargo, hay otros para los que el futuro no está tan claro.
Hace referencia a los rumiantes (corderos y vacuno). Irene Gracia indica que “son sectores que están muy tocados por la pandemia, a raíz de las restricciones en hostelería y turismo”. Señala que, además, “hay muchos problemas de falta de relevo generacional”.
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Municipios de las diez comarcas altoaragonesas han solicitado la ayuda de la Diputación Provincial de Huesca para instalar cámaras de videovigilancia
Municipios de las diez comarcas altoaragonesas se han visto interesados y han solicitado la ayuda convocada por la Diputación Provincial de Huesca para la instalación de cámaras de videovigilancia. Han sido cincuenta y uno los ayuntamientos que han concurrido al Plan de Seguridad Rural, que subvenciona “los gastos de adquisición, instalación y puesta en servicio de un sistema de videocámaras en uno o varios puntos de acceso a los municipios”.
La convocatoria estaba orientada a “financiar en zonas rurales la instalación y utilización de un sistema de grabación de imágenes en espacios públicos con la finalidad de mejorar la seguridad en pequeños municipios de la provincia, prestando asistencia para la protección de las personas ante posibles actos incívicos o delictivos”.
El presidente de la Diputación Provincial de Huesca, Isaac Claver, valora el éxito de la convocatoria de este Plan de Seguridad Rural, con cincuenta y un municipios interesados: “Es un dato que nos indica que ha sido un acierto ayudar a los ayuntamientos y que la videovigilancia, como sistema de seguridad preventivo, es una necesidad real para los vecinos del medio rural”.
La Diputación Provincial de Huesca añade que “ese interés demuestra la preocupación que existe en el territorio por el aumento de robos en casas y fincas, y que este tipo de sistemas es útil para la prevención del vandalismo, así como para facilitar el esclarecimiento de delitos; además, sirve como palanca disuasoria para frenar los robos en el campo”.