El Gobierno de España tiene intención de sacar al aceite de oliva del sistema de etiquetado NutriScore. Se atienden así las demandas del sector oleícola español, muy quejoso con la calificación que había recibido este producto y que podía provocar reticencias para su consumo.
Recibía la calificación C (de la A a la E) y color amarillo, por lo que su consumo se debía de limitar. Esa calificación se basaba en el contenido que tiene de grasa. Ahora se va a reevaluar el aceite de oliva, para atender los beneficios que tiene para la salud.
Hay que recordar que el 70 por ciento del aceite de oliva español se orienta a la exportación (a 175 países), y más de la mitad de lo exportado se orienta a países de la Unión Europea. No todos los mercados conocen las bondades saludables del aceite de oliva, por lo que el sistema NutriScore podía confundir al consumidor.
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UAGA-COAG denuncia que las explotaciones frutícolas se encuentran al límite por asfixia económica
UAGA-COAG pone sobre la mesa la difícil situación que viven las explotaciones frutícolas aragonesas. Dice que su rentabilidad está al límite. Esta organización profesional agraria alerta de la asfixia económica del sector frutícola. Hace balance de la campaña de este año. Presenta el informe siguiente:
“La última campaña de fruta ha estado marcada por la recuperación de los volúmenes de producción media en Aragón y por las condiciones meteorológicas, principalmente por la falta de agua para riego y las altas temperaturas, que adelantaron la maduración y también precipitaron que el momento de la recogida coincidiese con las tareas de aclareo.
Pero, además, la campaña ha tenido otra incómoda protagonista, la mosca de la fruta (Ceratitis capitata), que ha ejercido una presión nunca antes vista en el sector.
Todos estos factores provocaron que se comercializase fruta de menor calibre (tamaño más pequeño), lo que hizo que su salida al mercado fuese más difícil y originara stock en las cámaras.
Ante esta situación, UAGA-COAG solicitó al Gobierno de Aragón que activase las medidas existentes para poder regular el mercado, en concreto la retirada de fruta dentro de las Organizaciones de Productores (destinar parte de la producción almacenada a los bancos de alimentos y a transformación en zumo).
A pesar de las presiones de UAGA-COAG, el Departamento de Agricultura no aprobó esta reivindicación y ahora que están llegando las liquidaciones (los pagos de las cooperativas y almacenes a los agricultores) los productores de fruta están viendo cómo esos precios que perciben no llegan a cubrir los costes de producción.
En este sentido, la organización denuncia que una vez más se han incumplido los plazos que establece la Ley de la Cadena Alimentaria, y que las liquidaciones llegan meses después de la entrega de la fruta en los almacenes y con precios, muchas veces, por debajo de los costes.
UAGA-COAG es consciente de que es muy difícil de que la ciudadanía comprenda la denuncia de los precios bajos en origen que hacen los fruticultores cuando la realidad indica todo lo contrario, esto es, que los consumidores encuentran la fruta cada vez más cara en los mercados.
Para avalar esta queja, están los datos recogidos en el IPOD (Índice de Precios en Origen y Destino que elabora COAG), que confirman que en el mes de julio la diferencia de precios en el melocotón y la nectarina era de casi el cuatrocientos por ciento. Es decir, desde que sale del almacén hasta que llega al consumidor el precio de un melocotón o una nectarina se multiplica por cuatro.
Los responsables de ese aumento, tal y como denuncia desde hace años UAGA-COAG, son los intermediarios y la distribución, que primero cubren gastos y obtienen el beneficio oportuno, y, por último, las migas del pastel se las dejan al agricultor.
UAGA-COAG recuerda que el sector frutícola se encuentra asfixiado económicamente, por el aumento desorbitado de los costes de producción y por unos precios abusivos en origen, y que, además, afronta una emergencia climática que afecta directamente a los procesos fisiológicos de los cultivos, con un riesgo tan alto que cuestiona la viabilidad de las explotaciones.
Y todo esto sin que el Gobierno de Aragón dé una respuesta contundente de apoyo a este sector para evitar el abandono del cultivo de fruta y la falta de relevo generacional”.