Se ha presentado este martes, 28 de febrero, un informe sobre cultivos de verano que ha elaborado la Red Arax (Red Aragonesa de Cultivos Extensivos y Leguminosas). El maíz transgénico ocupó en 2022 en Aragón una superficie que superaba ligeramente las cuarenta mil hectáreas; son más de doce mil quinientas menos que en 2021. El maíz convencional abarca casi el cincuenta y cuatro por ciento de la superficie total de maíz, consolidándose por segundo año consecutivo las hectáreas dedicadas a maíz de consumo humano.
El informe de la Red Arax habla de “una reducción generalizada que ha afectado tanto a primeras como a segundas siembras”. Miguel Gutiérrez, jefe de cultivos herbáceos del Centro de Transferencia Agroalimentaria de Aragón, dice que “el taladro es una plaga que afecta en un porcentaje muy alto a las segundas siembras; si éstas se reducen, desciende también el uso de maíz transgénico”.
Jesús Abadías, responsable de sostenibilidad e innovación de Cooperativas Agro-alimentarias de Aragón, afirma que “fue un año complicado a nivel agronómico debido a las condiciones climáticas; fue un descenso generalizado el que en este pasado año tuvo el cultivo de maíz (a nivel nacional se ha reducido en un trece por ciento la superficie y eso está condicionado por la sequía y por las reducciones de disponibilidad de agua)”.
Aragón cosechó este pasado año casi ochenta y siete mil hectáreas de maíz. Es una cifra que representa más del veinticinco por ciento de la producción nacional y sigue siendo la segunda comunidad autónoma con mayor superficie dedicada a este cultivo. Miguel Gutiérrez recalca que “el maíz sigue siendo un cultivo imprescindible para la gestión de las explotaciones aragonesas”.
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La Asociación Española del Girasol defiende la sostenibilidad de este cultivo
La Asociación Española del Girasol (AEG) ha celebrado en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) su reunión anual, en la que se ha defendido la sostenibilidad de este cultivo. Este colectivo ha presentado un decálogo de ideas que fundamenta tal afirmación. Esta reunión anual ha analizado la última campaña de girasol, que “ha tenido unos resultados desiguales, dependiendo de la zona geográfica y del momento de siembra, ya que las lluvias han favorecido a las variedades tardías”. La superficie dedicada a girasol varía mucho de un año a otro, siendo casi setecientas ochenta mil las hectáreas destinadas en 2023 a este cultivo. Casi la mitad de esa superficie se sitúa en Castilla y León. La Asociación Española del Girasol pretende en 2024 reforzar su presencia en jornadas técnicas y mejorar la difusión de su trabajo, sobre todo el referido a la sostenibilidad del cultivo.