“La ganadería extensiva ante el reto de la sostenibilidad” fue el título del seminario on line celebrado el 20 de julio bajo la organización de Cooperativas Agro-alimentarias de España. El mensaje coincidente de los participantes fue que “la ganadería extensiva es un modelo productivo que implica numerosos beneficios sociales, económicos y medioambientales”.
El encuentro contó con la participación de Esperanza Orellana, directora general de Producciones y Mercados Agrarios del Ministerio de Agricultura.
Apuntó que la ganadería extensiva aprovecha el 60 por ciento de la superficie total de pastos en el mundo, y proporciona el 9 por ciento de la producción mundial de carne.
Enumeró las necesidades económicas, ambientales y sociales (detectadas durante el análisis realizado al sector ante la nueva PAC). Citó la baja rentabilidad, el difícil acceso a la tierra y la vulnerabilidad ante el cambio climático.
Esperanza Orellana subrayó el papel decisivo de las cooperativas en la puesta en valor de las producciones derivadas de la ganadería extensiva.
Agustín del Prado, profesor del Centro Vasco para el Cambio Climático, analizó el papel medioambiental de la ganadería extensiva en la conservación de la biodiversidad y el apoyo a la polinización, el reciclado de nutrientes, la fertilización y la retención de agua en los suelos, la lucha contra la erosión y la prevención en materia de incendios.
Se celebró también una mesa redonda. Entre los participantes estuvo Yolanda Parrilla, de Cooperativas Agro-alimentarias de Aragón.
Algunas reflexiones realizadas son éstas:
“Es necesario un apoyo específico a la ganadería extensiva en el marco de la PAC, que valore su papel medioambiental, y que se potencien las razas autóctonas y la calidad de sus productos.
Es imprescindible que el sector trabaje para comunicar los esfuerzos realizados en sostenibilidad desde los tres ámbitos (económico, social y medioambiental), y especialmente se potencie y se comunique su papel en la lucha contra el cambio climático de cara al consumidor, para que mediante sus decisiones de compra pueda apoyar los productos procedentes de ganadería extensiva”.
Se puso en valor además el papel de las cooperativas, como apoyo al ganadero en todo lo relativo a cuestiones técnicas y de comercialización.
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La organización del II Congreso Ibérico del Maíz hace balance: “España y Portugal, de la mano, están preparadas para competir en un mercado global”
Es una de las frases del II Congreso Ibérico del Maíz, que tuvo lugar en Barbastro (Huesca) los días 23 y 24 de marzo. Estuvo organizado por la Asociación General de Productores de Maíz de España (AGPME) y la Asociación Nacional de Productores de Maíz y Sorgo de Portugal (ANPROMIS). Contó con la asistencia de unas seiscientas personas. El gran mensaje transmitido durante el Congreso fue “el de la fortaleza del sector del maíz”.
José Luis Romeo, presidente de la AGPME, habla de ir juntos España y Portugal, dado que “tenemos los mismos objetivos, los mismos intereses y un producto muy valioso; seguiremos trabajando juntos por la fuerza de este sector”.
Ángel Samper, secretario general de ASAJA Aragón, se mostraba desesperanzado con la situación actual de la agricultura y ganadería debido a la Política Agraria Común (PAC). Y se mostraba muy crítico con la palabra sostenibilidad: “Tenemos que desterrar la palabra sostenibilidad, porque la hemos mancillado; es necesario sustituirla por la palabra eficiencia medioambiental, social y económica”.
José Antonio López Guerrero, catedrático de Microbiología de la UAM, abordaba el tema “Biotecnología para alimentar al mundo”. En su ponencia destacaba “los beneficios de la biotecnología aplicada al sector agroalimentario: rendimiento más alto de las producciones en menos terreno, mayores ingresos para el agricultor, mejora de la calidad, menor riesgo de pérdida de rendimiento y mejora en la conservación del suelo, entre otros”.
Javier Folch, director de AGPME y Asaja Aragón, era rotundo al decir que “no sabemos comunicar; aún tenemos que avanzar en comunicación y poner en valor todo lo positivo que generamos y todas nuestras bondades”.
El presidente de ASAJA Nacional, Pedro Barato, manifestaba su desconfianza en la globalización, porque ya no cree en ella, y su descontento con las políticas agrarias, ya que “una política agraria en la que hay restricciones y no se dan soluciones es terrible”.