Es el dato que se aporta desde el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) desde el año 2014. Se ha realizado “copia de seguridad” de las razas ansotana, cartera, churra tensina, maellana, ojinegra de Teruel y roya bilbilitana en nitrógeno líquido, mediante la técnica de vitrificación.
Desde el Gobierno de Aragón se indica que “este proceso permite la recuperación o compensación de la pérdida de variabilidad genética de estas razas que pudiesen originar tanto la selección como la disminución de los censos (por abandono de la actividad o por las crisis sanitarias que obligan a sacrificar ejemplares)”.
Se atiende a la demanda de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que señala “la necesidad de que los gobiernos ayuden a la conservación de las razas mediante la preservación de semen y embriones en bancos de germoplasma animal, al igual que se conservan las semillas en los bancos de germoplasma vegetal”.
Se han obtenido y congelado 274 embriones de 13 sementales y 30 ovejas de las razas citadas, ejemplares aportados por los ganaderos pertenecientes a las asociaciones ACOAN, ANGORCA, ATURA, ARAMA, AGROJI y AGROBI, algunas de ellas coordinadas por Oviaragón-Grupo Pastores.
El CITA de Aragón indica que “aún queda mucho trabajo por hacer, dado que, para que una raza pueda ser recuperada a partir de material congelado, se considera que debe contar con al menos 3.000 dosis seminales de 25 machos, o bien 280 embriones y 450 dosis de semen, de 25 donantes”.
Añade que “esto sólo se cumple con creces para la raza rasa aragonesa, mayoritaria en Aragón, que cuenta con más de 13.000 dosis seminales congeladas en la actualidad; además, aún quedan algunas razas autóctonas de Aragón, como la xisqueta y la merina de los Montes Universales, de las que todavía no se dispone de embriones congelados”.
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Proyecto LEGUMINOSE: “El cultivo intercalado de cereales y leguminosas puede reducir las necesidades de fertilización en nitrógeno”
El proyecto europeo LEGUMINOSE, en el que participa UPA, ha alcanzado el ecuador de sus trabajos. Ha celebrado una asamblea en Sumperk (Chequia) para debatir sobre las primeras conclusiones. Una de ellas dice que “las leguminosas ofrecen posibilidades como cultivo-servicio para reducir las necesidades de fertilización en nitrógeno”.
Ello se presenta como “algo fundamental, tanto por el ahorro en costes para la producción de cereales como ante las limitaciones que algunos agricultores tienen, al estar situada su explotación en una zona catalogada como vulnerable”.
Los trabajos del proyecto LEGUMINOSE van a continuar en esta campaña. En estos momentos se están sembrando las parcelas de ensayo. Se mantiene la participación de los agricultores del año pasado, a los que se suman tres nuevas localizaciones —dos en Aragón y otra en la Comunidad de Madrid—. En esta nueva campaña, el proyecto contará con dieciséis localizaciones diferentes en Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Madrid.