La Denominación de Origen Protegida (DOP) Calatayud ha iniciado la vendimia. Lo hace con las variedades blancas Macabeo y Garnacha Blanca, y con las tintas Tempranillo y Syrah. En octubre vendimiará la Garnacha. Las previsiones apuntan a un volumen de uva de unos doce millones de kilos, lo que supone un ligero descenso respecto a la media de los últimos años. Los técnicos de la DOP Calatayud indican que la uva presenta unas “excelentes condiciones sanitarias”.
El informe que presenta la DOP Calatayud sobre la actual vendimia dice lo siguiente:
“La vendimia en la denominación es la más tardía no sólo en Aragón sino en el contexto nacional por sus características territoriales, con viñedos en altura y zonas escarpadas, lo que supone que algunas temporadas concluya a finales de noviembre.
La maduración de la fruta, que venía este año con unos quince días de retraso, está siendo óptima; además, las últimas lluvias caídas y las suaves temperaturas están contribuyendo a engordar el grano, que presenta unas excelentes condiciones sanitarias.
La evolución de la cosecha es muy positiva, con racimos bien formados, características que se deben a un invierno moderado, salvo algunos episodios conocidos, y a una primavera lluviosa. El verano ha sido caluroso pero no sofocante, lo que ha permitido un desarrollo sano y bien estructurado de los racimos. Por ello, el buen estado sanitario que presenta la uva es indicativo de una añada de grandes vinos.
En cuanto a las expectativas de cosecha, las previsiones apuntan a un volumen de unos doce millones de kilos, lo que supone un ligero descenso respecto a la media de los últimos años.
Respecto a la estructura del viñedo, del total de 3.321 hectáreas que conforman la denominación, las variedades tintas representan el 93 por ciento del total, siendo la Garnacha la más representada (con un 71 por ciento sobre el total), seguida de la Tempranillo (15 por ciento) y la Syrah (7 por ciento); las variedades blancas (Macabeo y Garnacha Blanca) son minoritarias, sumando un 7 por ciento del total”.
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Los daños por las tormentas de septiembre podrían alcanzar el millón y medio de euros en el municipio turolense de Báguena
Los municipios de las comarcas del Jiloca, Campo de Daroca y Calatayud sufrieron en septiembre lluvias torrenciales, que causaron cuantiosos daños. Se pone el ejemplo del municipio turolense de Báguena, con precipitaciones que superaron los cuatrocientos litros por metro cuadrado. Los daños estimados se cifran en “seiscientos mil euros, si bien el montante global podría alcanzar el millón y medio de euros, al considerar pérdidas colaterales”.
Los agricultores y ganaderos de Báguena, en colaboración con las organizaciones agrarias ASAJA, UAGA-COAG y UPA, están evaluando el impacto en sus cultivos y explotaciones.
Realizan el siguiente análisis de la situación:
“Las cosechas de viña y alfalfa han sufrido pérdidas significativas. Además, muchas instalaciones ganaderas han quedado anegadas, obligando a los productores a buscar urgentemente nuevos refugios para sus animales. La incertidumbre sobre la recuperación de los cultivos y la viabilidad de sus explotaciones es palpable. El estado de los caminos de acceso a las fincas es igualmente preocupante, con una acumulación de grava y lodo que dificulta el tránsito. Muchos campos podrían resultar improductivos durante la campaña agrícola de 2025 debido a la imposibilidad de realizar labores agrícolas”.
Y hacen la siguiente solicitud:
“Ante esta grave situación, hemos hecho un llamado urgente a las autoridades, solicitando la intervención del Departamento de Agricultura del Gobierno de Aragón y de la Confederación Hidrográfica del Ebro para llevar a cabo la limpieza de cauces y ramblas, muchas de las cuales están obstruidas por los restos del incendio de 2022 y el material arrastrado por las recientes lluvias; sin una pronta intervención, tememos que futuras tormentas causen daños aún mayores”.