Es una de las conclusiones del informe “Diagnóstico de necesidades de las PYMEs de la industria de alimentación y bebidas 2020”, presentado por la Federación de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB). La dificultad en el cobro, la necesidad de financiación y el control de costes se encuentran a la cabeza de las inquietudes de los empresarios tras la pandemia de la COVID-19.
Este estudio ha sido presentado ante la conmemoración este domingo 27 de junio del Día de las Microempresas y de las Pequeñas y Medianas Empresas.
FIAB indica que “las PYMEs representan el 96 por ciento del tejido productivo de la industria de alimentación y bebidas; estas empresas están presentes en todas las comunidades autónomas del país, muchas de ellas fuera de los núcleos urbanos, por lo que contribuyen de forma decisiva a vertebrar el territorio”.
El informe señala que “la crisis de la COVID-19 ha modificado las preocupaciones principales a las que se enfrentan las PYMEs de la industria alimentaria”. Recuerda que “antes de la pandemia las inquietudes principales eran la competencia, los costes de producción y la política comercial”.
Mauricio García de Quevedo, director general de FIAB, dice que “las pequeñas y medianas empresas suponen el grueso de nuestro tejido productivo, y todas ellas tienen margen de crecimiento para aumentar su capacidad productiva interna; debemos seguir trabajando en políticas que impulsen su competitividad y fomenten su desarrollo, especialmente dirigidas hacia su digitalización, sostenibilidad e internacionalización”.
FIAB añade que “la ejecución de operaciones corporativas o la entrada a fondos de inversión generan poco interés en este tipo de empresas por el fuerte componente familiar que tienen”; y piden “transformar la administración pública para reducir la burocracia y aumentar el fomento de actividad, y no incrementar la presión fiscal”.
Acceso al informe, a través del enlace siguiente:
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