“El cambio climático ya pasa factura al campo español: cada año se pierde el seis por ciento del valor de la producción, es decir, más de quinientos cincuenta millones de euros”. Así se desprende del estudio divulgativo presentado por COAG en torno a la evolución del clima y su impacto en viñedos, olivares, campos de cereal y dehesas. Lleva por título “Empieza la cuenta atrás. Impactos del cambio climático en la agricultura española”. Las conclusiones principales son las siguientes:
– “En general, un calentamiento global de grado y medio se traduciría en una bajada apreciable de los rendimientos y de la calidad de la producción en las zonas actuales de cultivo, pero más especialmente en las zonas más calurosas y áridas del sur peninsular. Se podría llegar a perder más de un diez por ciento de la superficie más apta para los vinos de calidad en toda España y un ochenta por ciento de la superficie de variedades de olivo como hojiblanca o manzanilla en Andalucía; también podría llegar a bajar en torno al ocho por ciento los rendimientos del trigo en España. Con un incremento de dos grados los daños podrían ser muy graves y podrían peligrar las dehesas de encina en la parte occidental de Andalucía o Extremadura, podría llegar a descender más de un quince por ciento el rendimiento de cereales como el trigo en algunas regiones, la superficie de viñedo de alta calidad podría reducirse en un veinte por ciento y en el caso del olivar únicamente la variedad picual podría mantener los rendimientos en secano en las zonas interiores de cultivo. No obstante, a partir de un calentamiento de dos grados y medio, incluso el rendimiento de esta variedad se resentiría de forma importante sin aportes de agua; además, las dehesas de encina podrían llegar a desaparecer en grandes zonas de la mitad sur”.
– “Las mayores pérdidas irían asociadas al incremento del estrés hídrico en los cultivos debido al aumento de la evapotranspiración, por el aumento de las temperaturas, y al descenso de las precipitaciones. Este descenso iría acompañado de una mayor frecuencia de sequías, hasta cinco y diez veces más alta si aumentan las temperaturas por encima de un grado y medio, o dos grados. Además, las lluvias serían más intensas, lo que generaría erosión, y se concentrarían en épocas como el otoño, por lo que el agua sería menos aprovechable por los cultivos. Estos daños se podrían incrementar aún más por la mayor incidencia de plagas y enfermedades, que en el caso del trigo podría llegar a aumentar en un sesenta por ciento las pérdidas actuales con un incremento de dos grados, pero sobre todo por el conjunto de adversidades climáticas”.
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Comienza este miércoles, 16 de octubre, el periodo de quemas controladas agrícolas y forestales en Aragón
El Gobierno de Aragón comunica que este miércoles, 16 de octubre de 2024, comienza el periodo de quemas agrícolas y forestales en este territorio. Está vigente hasta el 31 de marzo de 2025.
Se anuncia una novedad en esta campaña: “Se permitirá, de forma excepcional, no tener que volver a comunicar este tipo de quemas en recintos de la Política Agraria Común (PAC) para los que ya se realizó la comunicación en alguno de los dos años anteriores”.
En términos generales, “únicamente se puede realizar las quemas en los días en los que el riesgo de incendios forestales lo permita; además, sólo se puede realizar quemas en días con viento en calma”.
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