Las referencias a la COVID-19 y la nueva PAC marcan el inicio de 2022
La Organización Mundial de la Salud (OMS) marca 2022 como el año del final de la pandemia de COVID-19, a pesar de que usar las vacunas sin criterio puede alargarla en el tiempo, en el sentido de que puede haber población en el mundo sin vacunar y, en cambio, puede haber una sobrevacunación en los países desarrollados. Las referencias a la pandemia van a seguir siendo continuas, lo mismo que las orientadas a la nueva Política Agraria Común (PAC), dado que la Comisión Europea debe aprobar en el primer semestre de 2022 el plan estratégico para su aplicación en España (a partir del 1 de enero de 2023).
El sector agroalimentario está muy pendiente de que la pandemia de COVID-19 quede atrás, dado que está condicionando a muchos subsectores. La apertura sin restricciones de la hostelería, el impulso del turismo, la normalización de las exportaciones,… permitirían que las cifras de negocio volvieran a ser como antes de la pandemia o mejores.
El agro también mira a todas las novedades que puede traer la nueva PAC a partir de 2023. Este 2022 se tiene que aprobar el plan de aplicación para España. Se mira con recelo a las crecientes exigencias medioambientales que deben cumplir agricultores y ganaderos.
2022 va a ser un ejercicio en el que habrá que ver cómo se sustancian las ayudas europeas para la recuperación económica; los avances en obras de regulación hídrica (recrecimiento de Yesa y construcción de Almudévar y Mularroya); el comportamiento del tiempo, con cada vez más incidencias por diferentes motivos (vientos, nevadas, heladas, pedrisco,…); y la evolución de los costes de producción, que ha sido una de las principales quejas de los productores en 2021 por ser muy elevados (insumos, energía, transporte,…).