La Asociación de Criadores de Raza Bovina Parda de Montaña (ARAPARDA), con sede en la provincia de Huesca, ha recibido el certificado de calidad del ICAR (International Committee for Animal Recording), que es un organismo que tiene por objeto “promover el desarrollo y la mejora de las actividades de control de rendimientos y la evaluación genética de los animales de granja a nivel mundial, por medio del establecimiento de definiciones y normas comunes para la medición de los caracteres que tienen importancia económica”.
Desde ARAPARDA se señala que “este certificado de calidad supone un reconocimiento internacional al buen hacer y a las buenas prácticas que desarrollan las organizaciones de ganaderos de España, equiparándolas a las más punteras del panorama internacional”. ARAPARDA se encuentra entre las ocho organizaciones que han sido certificadas. Son las siguientes:
• Asociación Española de Criadores de Ganado Vacuno de Raza Avileña-Negra Ibérica (AECRANI).
• Asociación Española de Criadores de Ganado Vacuno Selecto de la Raza Asturiana de los Valles (ASEAVA).
• Asociación Nacional de Criadores de Ganado Vacuno Selecto de Raza Rubia Gallega (ACRUGA).
• Asociación de Criadores de Raza Bovina Parda de Montaña (ARAPARDA).
• Asociación Nacional de Criadores de la Raza Ovina Assaf (ASSAFE).
• Confederación de Asociaciones de Criadores de Ovino de Razas Latxa y Carranzana (CONFELAC).
• Asociación Nacional de Criadores de Ganado Ovino Selecto de Raza Manchega (AGRAMA).
• Asociación Nacional de Criadores de Ganado Ovino de Raza Churra (ANCHE).
ARAPARDA concluye que “este reconocimiento internacional acredita el excelente trabajo realizado por ganaderos y técnicos de las asociaciones, así como por los expertos en genética; la mejora genética ganadera es clave para el futuro de todo el sector y estamos en el grupo de países punteros en este campo”.
Otras noticias
Proyecto LEGUMINOSE: “El cultivo intercalado de cereales y leguminosas puede reducir las necesidades de fertilización en nitrógeno”
El proyecto europeo LEGUMINOSE, en el que participa UPA, ha alcanzado el ecuador de sus trabajos. Ha celebrado una asamblea en Sumperk (Chequia) para debatir sobre las primeras conclusiones. Una de ellas dice que “las leguminosas ofrecen posibilidades como cultivo-servicio para reducir las necesidades de fertilización en nitrógeno”.
Ello se presenta como “algo fundamental, tanto por el ahorro en costes para la producción de cereales como ante las limitaciones que algunos agricultores tienen, al estar situada su explotación en una zona catalogada como vulnerable”.
Los trabajos del proyecto LEGUMINOSE van a continuar en esta campaña. En estos momentos se están sembrando las parcelas de ensayo. Se mantiene la participación de los agricultores del año pasado, a los que se suman tres nuevas localizaciones —dos en Aragón y otra en la Comunidad de Madrid—. En esta nueva campaña, el proyecto contará con dieciséis localizaciones diferentes en Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Madrid.