El pleno del Parlamento Europeo ha aprobado este martes, 23 de noviembre, de forma definitiva la nueva Política Agraria Común (PAC), que entrará en vigor el 1 de enero de 2023 (ya que los años 2021 y 2022 son de transición). El Parlamento Europeo señala que “esta reforma supone un refuerzo de la biodiversidad, que habrá más apoyo a las pequeñas explotaciones y a los jóvenes agricultores, y que se dispondrá de una reserva permanente de crisis (con un presupuesto anual de 450 millones de euros) para ayudar a los agricultores en caso de inestabilidad de los precios o del mercado”.
Se trata de la segunda reforma más profunda de la PAC, tras la acometida en el año 1992. El presupuesto de la PAC para el periodo 2021-2027 es de 386.000 millones de euros para toda la Unión Europea, y de casi 48.000 millones para España. El debate sigue abierto en España respecto al plan estratégico nacional de aplicación de la nueva PAC; Aragón, por ejemplo, ha mostrado en todo momento su oposición frontal a la propuesta del Ministerio de Agricultura (el mantenimiento de los derechos históricos es uno de los motivos).
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Descubre a fondo los alimentos de Aragón: Ecológicos Aragón
La iniciativa “Aragón, alimentos nobles”, impulsada por el Gobierno de Aragón, dedica un reportaje de su blog a los alimentos certificados por el Comité Aragonés de Agricultura Ecológica. Es un ámbito que cuenta en este territorio con una superficie que supera las cien mil hectáreas. Hay más de mil seiscientos productores locales. Aragón ocupa el octavo puesto en producción ecológica en España.
Los cultivos con más extensión en ecológico en Aragón son aquellos más rústicos, es decir, el cuarteto mediterráneo: frutos secos, cereales, olivar y viñedo. No obstante, prácticamente toda la despensa aragonesa tiene su equivalente en ecológico.
Un alimento ecológico en Aragón es el que ha sido producido y elaborado siguiendo métodos agrícolas y ganaderos respetuosos con el medio ambiente, la biodiversidad y la salud humana, sin emplear productos químicos de síntesis (como pesticidas o fertilizantes artificiales) ni organismos genéticamente modificados (OGM).
El resultado son alimentos seguros, saludables y de la máxima calidad, tanto nutricional como organoléptica.
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